MUNDO
Australia asfixiada por devastadores incendios forestales
Bakú, 9 de enero, AZERTAC
Australia, con una primavera muy seca y un año caluroso, sufre hoy incendios forestales devastadores que han causado 26 fallecidos y la destrucción de dos mil viviendas y más de ocho millones de hectáreas.
Conforme el planeta se calienta, los fuegos a gran escala aumentan las frecuencias y se alargan con inusual potencia que generan tormentas de fuego, lo cual según los expertos, crearía un ciclo de retroalimentación positivo muy peligroso que achicharraría una tierra ya seca, reporta AZERTAC según la información de Prensa Latina.
Esas mismas condiciones, que provocan incendios devastadores, aire caliente y seco y viento intenso, son las que producen tormentas engendradas por el fuego, que en el caso de Australia comenzaron en septiembre del pasado año con la pérdida de millones de animales de la fauna endémica.
Un estudio académico estima que cerca de 500 millones de animales ya se han muerto solo en Nueva Gales del Sur, además de un sinnúmero de vacas y ovejas.
El consenso científico es que los niveles crecientes de CO2 están calentando el planeta, y por lo tanto Australia se ha vuelto más calurosa en las últimas décadas, y que continuará haciéndolo.
Por lo tanto, la causa inmediata es el clima, específicamente un fenómeno conocido como dipolo del Océano Índico o, también, como el Niño indio, que ha propiciado un período de calor y sequía fuerte.
Durante 2019, Australia estableció dos veces un récord de temperatura. El 17 de diciembre un máximo promedio de 40,9 grados Celsius, y al día siguiente 41,9, lo cual se suma a un prolongado período de sequía, además de incendios provocados de forma deliberada.
Actualmente en el país hay 130 focos de incendios activos, contra los cuales actúan cerca de tres mil bomberos en el fortalecimiento de barreras topográficas, quienes tienen ante sí el posible agravamiento de las condiciones meteorológicas con temperaturas por encima de los 40 grados Celcius para las próximas horas.
Los incendios están ocurriendo en zonas de la costa este y sur, incluidos los alrededores de Sídney y Adelaida, donde vive la mayoría de la gente.
Las autoridades de los Servicios de Emergencia consideran que los siniestros siguen siendo peligrosos, dinámicos y volátiles y que pudieran alargarse en un entorno muy turbulento, pues las tormentas crean su propio campo de viento porque tienen una corriente ascendente muy violenta.
Mike Flannigan, profesor de fuegos de áreas silvestres en la Universidad de Alberta, indicó que en la medida que se calienta el aire sobre un incendio, crea una ráfaga de viento hacia arriba, denominada corriente ascendente, que canaliza el humo hacia la atmósfera como una chimenea.
Cuando el aire asciende, se enfría, se condensa y forma nubes, además suelen producir rayos con cargas positivas que duran más y dan tiempo para que los impactos de los rayos incendien el suelo, señaló.
Agregó que las tormentas de fuego, denominadas pirocumulonimbus, rara vez producen las precipitaciones tan desesperadamente necesarias para sofocar esos vastos incendios.
Al respecto, señaló que Australia sufre las repercusiones directas del cambio climático. Desde 2005, ese país ha vivido sus 10 años más calurosos desde que se tienen registros, y ha albergado en el último año más tormentas generadas por el fuego que en los últimos 20, fenómeno que seguirá.
Los efectos a largo plazo de estas tormentas no están del todo claros; los científicos plantean que son capaces de agravar las condiciones de los incendios forestales, y consideran que Australia solo acaba de empezar su temporada de incendios forestales, los cuales podrían continuar durante meses.
Ante esa situación la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ya advirtió que el humo causado por los devastadores incendios que afectan Australia, ya detectado al otro lado del Pacífico en Suramérica, podría dar la vuelta al mundo en las condiciones actuales.
En tanto, ya se alertó sobre la vulnerabilidad de Canadá a ese mismo tipo de incendios devastadores como resultado del cambio climático, el crecimiento de la población y la cantidad de combustible utilizado en los bosques para acabar con plagas, razones más que suficientes para preocuparse.
Por su parte, el presidente de los Estados Federados de Micronesia, David Panuelo, describió los incendios forestales como una crisis humanitaria, a la que la comunidad mundial debe responder, al tiempo que los definió como un fenómeno equivalente a la quema de cada isla de esa región, más de 100 veces cada una.