SOCIEDAD
La Defensoría de Azerbaiyán emite una declaración con motivo del aniversario del genocidio de Aghdaban
Bakú, 8 de abril, AZERTAC
Como resultado del genocidio cometido por los armenios en la aldea de Aghdaban, en el distrito de Kalbajar de la República de Azerbaiyán, y del vandalismo contra el patrimonio cultural, se violaron groseramente los requisitos de las normas internacionales vigentes sobre derechos humanos.
Esto se afirma en la declaración de la Comisionada para los Derechos Humanos (Defensor del Pueblo) de Azerbaiyán, Sabina Aliyeva, en relación con el 30 aniversario del genocidio de Aghdaban, según informa AZERTAC.
"Insto a las organizaciones internacionales y a los Estados a que tomen medidas decisivas para llevar ante la justicia a los responsables del genocidio de Aghdaban y reconozcan esta tragedia como un genocidio y un crimen contra la humanidad", reza el texto de la declaración.
La declaración estaba dirigida al secretario general de la ONU, al Consejo de Seguridad de la ONU, al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a la UNICEF, a la UNESCO, a los dirigentes de la Unión Europea, del Consejo de Europa, de la OSCE, de las Instituciones Internacionales y Europeas de Defensores del Pueblo, de la Asociación Asiática de Defensores del Pueblo, de la Organización de Cooperación Islámica y de la Asociación de Defensores del Pueblo de sus Estados miembros, de la Comisión Permanente Independiente de Derechos Humanos, de la Unión Europea y de la Organización de Cooperación Islámica.
Hace treinta años, en la noche del 7 al 8 de abril de 1992, las fuerzas armadas armenias cometieron otro horrible acto de masacre contra la población civil azerbaiyana. Las tropas armenias quemaron por completo la aldea de Aghdaban, en el distrito de Kalbajar, en Azerbaiyán. Unos 779 pacíficos aldeanos fueron brutalmente torturados, 67 personas fueron brutalmente asesinadas, entre ellas 8 ancianos de entre 90 y 100 años, 2 niños pequeños y 7 mujeres fueron quemados vivos. Los manuscritos del poeta Gurban Aghdabanly y de uno de los maestros de la poesía clásica ashug, Dede Shemshir, fueron destruidos como otra manifestación de la política de vandalismo llevada a cabo por los armenios.