POLÍTICA
Las instancias e instituciones internacionales deben reaccionar ante la construcción ilegal por Armenia de una planta siderúrgica en la frontera con Azerbaiyán

Bakú, 9 de junio, AZERTAC
Los armenios han sido reasentados en el histórico distrito de Arazdoyan de Azerbaiyán sólo a principios del siglo XX. La construcción de una gran planta metalúrgica por la parte armenia conjuntamente con una empresa estadounidense en la zona es una cuestión que requiere un estudio cuidadoso.
Zaur Mammadov, asesor de la Academia de Administración Pública del Presidente de Azerbaiyán y jefe del Club de Politólogos de Bakú, compartió esta opinión con AZERTAC.
Anteriormente, en la cuenta del ministro de Economía armenio Vahan Kerobyan en la red social se informó sobre la construcción de una gran planta metalúrgica con una capacidad de producción anual de 180 mil toneladas en una superficie de 16 500 metros cuadrados en el pueblo Yeraskh (Arazdoyan), en la frontera con la República Autónoma de Najchiván de Azerbaiyán, así como imágenes de vídeo que confirman este hecho. El Ministerio de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán y las ONG locales emitieron declaraciones en las que condenaban enérgicamente la construcción de la planta y la calificaban de nueva violación flagrante de las normas y principios del derecho internacional por parte de Armenia, en particular de las disposiciones del Convenio de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas sobre la evaluación del impacto ambiental en un contexto transfronterizo (Convenio de Espoo).
Recordando que durante 30 años Armenia ha contaminado regularmente varios recursos hídricos transfronterizos que fluyen hacia Azerbaiyán, entre ellos el río Araz, el experto señaló que el envenenamiento de los ríos puede provocar no sólo daños humanitarios y medioambientales, sino también problemas demográficos en el futuro.
"Dado que este territorio se encuentra en la frontera de nuestro país y que el recurso hídrico, en cuya ribera funcionará la planta, no fluye hacia Armenia y sus asentamientos, sino hacia Azerbaiyán, las autoridades armenias y la empresa privada implicada en la construcción deben tener en cuenta la opinión de Bakú oficial. Según el derecho internacional, la parte armenia está obligada a obtener el permiso de Azerbaiyán, de lo contrario Bakú puede tomar medidas contra esta construcción y explotación ilegales. Ante todo, se trata de apelar a los organismos e instituciones internacionales pertinentes. Estas últimas no deben mantenerse al margen, sino responder a ello. Tanto más cuanto que las cuestiones medioambientales se consideran ahora una de las primordiales en el mundo, y el problema del agua potable es particularmente urgente. Esta cuestión es grave en Azerbaiyán, ya que nuestro país es el que dispone de menos recursos hídricos del Cáucaso Sur. Esperamos una respuesta de Eraván y de la empresa implicada en la construcción, así como de los actores internacionales, a nuestro justo descontento", subrayó Mammadov.