POLÍTICA
Letrap:"La niñez perdida en la oscuridad de la noche del 25 de febrero de 1992"
Bakú, 26 de febrero, AZERTAC
El famoso portal web de periodismo político y noticias de la Argentina "Letrap" emitió un artículo de la asesora de la Embajada de Azerbaiyán en Argentina, Gulshan Khidirova titulado "La niñez perdida en la oscuridad de la noche del 25 de febrero de 1992"donde narra de todas las atrocidades de aquella noche.
AZERTAC presenta este artículo:
"A finales del año 1987, la República Socialista Soviética de Armenia había comenzado sus reclamos territoriales respecto de la Óblast Autónoma de Nagorno Karabaj que, en aquel entonces, integraba parte de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán. A finales de 1991 y a principios de 1992 el conflicto escaló a nivel militar. Aprovechando la situación de inestabilidad política debido a la desintegración de la Unión Soviética y las disputas internas en Azerbaiyán, Armenia inició las acciones militares en Nagorno Karabaj. Como resultado de la agresión militar, el 20% del territorio internacionalmente reconocido de Azerbaiyán, incluyendo Nagorno Karabaj y siete distritos adyacentes quedaron bajo la ocupación, mientras un millón de azerbaiyanos se convirtieron en refugiados y desplazados internos.
Uno de los más abominables crímenes, cometidos dentro y alrededor de la región de Nagorno Karabaj de Azerbaiyán durante el conflicto armado, fue perpetrado durante la ocupación de la ciudad de Jodyalí. Desde octubre de 1991, Jodyalí estaba asediada por las fuerzas militares armenias. En la noche del 25 al 26 de febrero de 1992 las fuerzas armadas armenias destruyeron la ciudad atacando con fuegos de artillería y cometieron una masacre atroz contra su población civil.
En una sola noche, 613 personas, entre ellos 106 mujeres, 63 niños y 70 adultos mayores, fueron asesinadas con una brutalidad que resulta difícil describir con palabras. Mientras 1275 personas fueron tomadas como rehenes, el destino de 150 personas se desconoce hasta el día de hoy. Durante los ataques 487 vecinos de Jodyalí fueron heridos de gravedad, ocho familias fueron aniquiladas en su totalidad, 25 niños perdieron ambos progenitores y 130 niños perdieron a uno de ellos. Dicha estadística no alcanza para expresar las huellas de aquella noche trágica en los destinos y vidas de los habitantes de Jodyalí y el dolor indeleble en sus memorias.
Solo alcanza con leer los testimonios de algunos de aquellos niños que fueron testigos de la tragedia y perdieron a ambos padres aquella noche para tratar de comprender el sufrimiento atroz, la crueldad y brutalidad a lo que fueron sometidos los habitantes de Jodyalí a manos de los militares armenios. Los testimonios están extraídos del libro "Los niños que no crecen" ("Böyüməyən uşaqlar") de Elshad Eyvazlı.
"Pasábamos días muy duros en Jodyalí… Todos los días sonidos de fuegos, muerte y pérdida. Dormíamos con temblor, despertábamos con terror… Nuestra casa todo el tiempo recibía disparos. Por eso de noches nos escondíamos en el sótano cuando comenzaban los disparos… Ese día fatal… comenzaron a escucharse los disparos y cada vez eran más fuertes…Las batallas se intensificaron… Por eso, en la misma noche salimos en apuros de Jodyalí. Nuestros padres estaban con nosotros- conmigo y mis tres hermanas. Todo lo que teníamos en Jodyalí, lo dejamos y nos fuimos… recuerdo que cruzamos el rio… Hacía mucho frio, todo estaba cubierto de nieve. Los armenios perseguían a los desplazados de Jodyalí por sus huellas en la nieve. Viejos, jóvenes, adultos y niños, no tenían piedad con nadie… A mis hermanas las llevaban mis padres. Por eso me quedé separado de ellos… Seguía detrás de los policías. Así llegué hasta Agdam. Supe muy tarde sobre el destino de mis padres. A la salida de Jodyalí una de mis tres hermanas, Khayala estaba en la espalda de mi madre. Y Kubrá estaba en sus brazos. Cuando le dispararon a mi madre ella se bajó de su espalda y corrió hacia mi padre para advertirle lo ocurrido. Mientras corría, recibió un disparo de un francotirador armenio. Bestias, le dieron un disparo en la frente a una niña pequeña! Mi hermana Kubra que no había cumplido un año se había congelado en el bosque. Al juntar los cuerpos, la consideraron muerta. Más tarde se enteraron de que estaba viva. Mi hermana mayor Khatira había recibido dos disparos. Actualmente, no tiene la mitad de su hígado y tiene una herida en el brazo derecho. Mi padre había recibido un disparo en el hombro y falleció por la pérdida de sangre… En esta vida se puede conseguir todo, pero, ¿es posible devolver a mis padres y mi hermana?". Anar Orujov, esa noche tenía 7 años.
"Al salir de Jodyalí todos mis seres queridos estaban juntos. Mi padre, mi madre, mis dos hermanas y yo. Primero cruzamos el rio. Descalzos, con el frio congelador. Al subir hacia el bosque estaba oscuro y todos se esparcieron. Íbamos camino a Agdam con mi padre. Antes de llegar a Agdam mi padre recibió cuatro disparos en su vientre. Cuando cayó al piso me encontraba a su lado. Le intentaron ayudar pero no pudo levantarse. Tuvimos que alejarnos de allí con las personas que me llevaron consigo. De repente escuché los llamados de mi padre. Me decía, "hija, te vas y me dejas…". Corrí con todas mis fuerzas hacia él y lo abracé… Me separaron con fuerza de mi padre. Mi mirada se quedaba atrás. Vi que se le cayó el gorro de su cabeza. Corrí de nuevo hacia él, le di su gorro y dije que se lo ponga para no tener frio… En ese momento no comprendía que era mi último encuentro con mi padre…Mi madre también había recibido un disparo, un fragmento de proyectil le había herido el pecho. Mi hermana de 4 años, Lala, pensaba que mi madre estaba durmiendo. De algún lado, había encontrado un acolchado para taparla para que no le diera frío. Ella también murió al recibir dos disparos en la pierna. Más tarde mi tío nos encontró a mí y a mi hermana de 23 días, a quien cuidaba mi abuela, en el hospital de Agdam. Pobre mujer, se enfermó después de lo que vivió…". Hamail Khalilova, esa noche tenía 6 años.
"Salimos de Jodyalí en familia, con todos los parientes. El hermano de mi abuelo me cargaba en sus hombros hasta el bosque. Cuando los armenios comenzaron a dispararnos, caí al piso. Eran insoportables los sonidos de los llantos y gritos. A mi alrededor, todos intentaban salvarse de alguna manera. En un instante todo cambió, me quedé casi sola en el bosque en el medio del terror. Una niña de 4 años y el bosque. Llorando a los gritos, llamaba a mis padres. Llegaron los armenios y me llevaron con otros rehenes. En pánico caminaba entre las personas, tratando de encontrar a mis padres, mis hermanos Elchin y Elgiz. ¿Cómo podría saber que estaban muertos?... Pasó un día y con la intervención de los organismos internacionales nos liberaron… En comparación conmigo, los otros 25 niños que perdieron a sus padres en Jodyalí tuvieron más suerte. Aunque perdieron a sus padres, ellos tienen a sus hermanos o hermanas. Yo estoy absolutamente sólo. La soledad es una cosa muy mala. He perdido a mis padres, a mis hermanos… ¡No le desearía esto, ni siquiera al hijo del enemigo! Solo los quiero a ellos, nada más… ¡Ojalá que hubiera muerto con ellos, para no ser un huérfano tan solo!...". Mehdi Aliyev, esa noche tenía 4 años".