CULTURA
Presidente Ilham Aliyev firma una orden para celebrar el 190 aniversario de Jurshidbanu Nataván
Bakú, 14 de marzo, AZERTAC
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha firmado una orden sobre la celebración del 190 aniversario de la eminente poetisa azerbaiyana Jurshidbanu Nataván, reporta AZERTAC.
Según el documento, el Ministerio de Cultura de Azerbaiyán recibió instrucciones de preparar y aplicar un plan de acción para conmemorar el 190 aniversario de la poetisa Jurshidbanu Nataván teniendo en cuenta las propuestas de la Unión de Escritores de Azerbaiyán.
Jurshidbanu Nataván, humanista, poetisa, ajedrecista, políglota, música, artesana, pintora y reformista social. Jurshidbanu (en azerbaiyano, la “Dama del Sol”) Begum (título honorífico de las mujeres nobles turcas) nació en 1832 en Shushá (Azerbaiyán), una urbe fortificada fundada en 1750 por su abuelo Panah Jan (1693-1763). Su padre fue Mehdigulu Jan Yavanshir (1772-1845), el último jan (soberano) del Janato de Karabaj (1748-1822), y su madre Badir Yahan Begum (1802-1861). Por eso recibió el apodo de Jan qizi (“hija del jan”). La princesa, última representante de la familia gobernante de Karabaj, recibió una educación completa (conocía varios idiomas orientales y europeos y era muy versada en música).
Jurshidbanu fue una mujer ilustrada que se interesó por la salud y la educación desde una edad temprana. La hija del jan participó activamente en el patrocinio de una de las primeras sociedades literarias de Azerbaiyán. Estableció la primera sociedad literaria en Shushá y siguió patrocinando varias más en todo el país.
Todos conocemos al novelista y dramaturgo francés Alejandro Dumas (1802-1870). Basta con citar algunas de sus obras como “Los tres mosqueteros” y “El conde de Montecristo”. Su hijo Alejandro Dumas (1824-1895) también destacó como novelista con “La dama de las camelias”. Hace 162 años, en 1858, Alejandro Dumas padre visitó el Cáucaso. Su viaje comenzó en Kyzlyaar, en Daguestán. Desde Kyzlyar pasando por Derbent, Dumas llegó a Bakú, “la ciudad de los vientos”. Con gran interés el francés recorrió los lugares de interés: palacios, mezquitas, campos petroleros, el bazar e interactuó con el pueblo. Desde Bakú, se dirigió a otras ciudades azerbaiyanas como Shamají, Shushá y Nuja (hoy Shakí). En Shushá, Dumas volvió a encontrase con Jurshidbanu que había conocido en Bakú. Allí fue invitado de honor en la casa familiar de la poetisa. Fue entonces cuando tuvo lugar una partida de ajedrez entre Jurshidbanu (26 años) y Alejandro Dumas (56 años). La anfitriona le hizo jaque mate al novelista y éste, encantado por las dotes de su contrincante, le regaló un juego de trebejos como reconocimiento. Jurshidbanu, por su parte obsequió al escritor un bolsón hecho a mano por ella misma que hoy se exhibe en el Museo Alexandre Dumas en Villers Cotterêts (Picardía, Francia) que fue inaugurado en 1905
El humanismo, la amistad, el amor fueron los temas principales de sus composiciones poéticas en los estilos clásicos del gazal y el ruba’i. Jurshidbanu había heredado el riquísimo legado de la poesía humanista azerbaiyana de Nizami Ganyavi (1141-1209), Fazlallah Astarabadi al-Hurufi (1340-1394) e Imadaddín Nasimi (1369-1417).
Uno de sus gazales dice: “Ver la flor de tu rostro, por un momento /es hacer latir mi corazón, y encenderlo para siempre”. Otro afirma: “Los amantes se vuelven insensatos y ciegos; sin embargo, el poder de un amor brillante llevó a Leila al lado de Maynún”.
Esta mujer ejemplar y excepcional hizo construir una tubería de agua que se instaló por primera vez en Shushá en 1883, resolviendo así el problema del agua potable para la gente del pueblo. El periódico local ruso “Kavkaz” (Cáucaso) escribió en ese momento: “Jurshidbanu Begum dejó una huella eterna en la memoria de los shushavianos y su gloria pasará de generación en generación.
La “Dama del Sol” murió en 1897 en Shushá. Como muestra de fervor y reverencia, la gente de su ciudad natal cargó su ataúd sobre sus hombros desde Shushá hasta Aghdam, a unos 30 km al noreste, donde fue sepultada en una bóveda familiar.
Esta mujer musulmana, verdadera embajadora del multiculturalismo de Azerbaiyán, es un ejemplo a imitar en nuestros días. Lamentablemente, en marzo de 2020, el monumento dedicado a Jurshidbanu en el parque central de la ciudad de Waterloo (Bélgica) fue vandalizado. Los enemigos de la paz y la comprensión entre los pueblos y las culturas no podrán dañar nunca el diálogo y la cordialidad que son las fuentes de esperanza y salvación de la humanidad.