CULTURA
Valle de Tehuacán-Cuicatlán: hábitat originario de Mesoamérica
Bakú, 15 de julio, AZERTAC
El Valle de Tehuacán-Cuicatlán: hábitat originario de Mesoamérica se encuentra en el centro-sur de México, al sureste del Estado de Puebla y al norte del Estado de Oaxaca. Se trata de un sitio en serie de unas 145.255 ha compuesto por tres componentes: Zapotitlán-Cuicatlán, San Juan Raya y Purrón. Todos ellos comparten una misma zona de amortiguamiento de unas 344.932 ha. Toda la propiedad se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. La propiedad coincide con un punto caliente de biodiversidad global y se encuentra dentro de una zona árida o semiárida con uno de los niveles más altos de diversidad biológica en América del Norte, dando lugar a adaptaciones humanas cruciales para el surgimiento de Mesoamérica, una de las cunas de la civilización en el mundo.
De las 36 comunidades vegetales, 15 matorrales xéricos diferentes son exclusivos del Valle de Tehuacán- Cuicatlán. El valle incluye representantes de un notable 70% de las familias de la flora mundial e incluye más de 3 mil especies de plantas vasculares, de las cuales el 10% son endémicas del Valle. También es un centro mundial de agrobiodiversidad y diversificación para numerosos grupos de plantas, en los que destacan las cactáceas, con 28 géneros y 86 especies de las que 21 son endémicas. Grandes "bosques de cactus" conforman algunos paisajes del Valle, lo que lo convierte en una de las zonas más singulares del mundo.
Según el web sitio de la UNESCO, la propiedad exhibe los impresionantes niveles de diversidad faunística conocidos en esta región, incluyendo niveles muy altos de endemismo entre mamíferos, aves, anfibios y peces. También alberga un número inusualmente alto de especies amenazadas, con unas 38 incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. La propiedad es una de las áreas protegidas más ricas de México en cuanto a mamíferos terrestres (134 especies registradas, dos de ellas endémicas del Valle). El Valle de Tehuacán-Cuicatlán forma parte del Área de Aves Endémicas (AEA) de la Región del Balsas y del Interior de Oaxaca. Se han registrado 353 especies de aves, de las cuales nueve son endémicas de México. La propiedad cuenta con ocho áreas de descanso conocidas de la amenazada guacamaya verde, incluida una colonia de cría.
La gran biodiversidad del Valle, combinada con las condiciones adversas de un desierto, dio lugar a una de las mayores y mejor documentadas secuencias culturales de América. Las pruebas arqueológicas revelan la larga secuencia de adaptaciones humanas que tuvieron lugar en la zona durante más de 12.000 años. El Valle de Tehuacán-Cuicatlán es un ejemplo excepcional de un largo proceso de adaptaciones y evolución tecnológica ancestral que definió la región cultural conocida hoy como Mesoamérica.
Las condiciones de aridez del Valle desencadenaron la innovación y la creatividad, originando dos de los mayores avances tecnológicos de la historia humana 1) la domesticación de plantas, que en el Valle es una de las más antiguas a nivel mundial, y 2) el desarrollo de tecnologías para el manejo del agua que dieron como resultado una amplia gama de elementos de manejo del agua, como canales, pozos, terrazas, acueductos y presas que lo convierten en el complejo de riego antiguo más diversificado del continente. En consecuencia, los elementos tecnológicos de gestión del agua fueron la guía rectora del proceso civilizatorio que se desarrolló en el Valle a lo largo de miles de años. Además, estos avances tecnológicos tuvieron un efecto multiplicador y propiciaron el descubrimiento de otras innovaciones como la industria de la sal y la cerámica, que fueron esenciales para la organización y complejidad de las primeras civilizaciones.
El Valle de Tehuacán-Cuicatlán: hábitat originario de Mesoamérica es un patrimonio invaluable e insustituible de la humanidad.
El conjunto tecnológico de manejo del agua del Valle de Tehuacán-Cuicatlán, junto con otras evidencias arqueológicas como los restos encontrados en cuevas, los sitios de domesticación de plantas y la agricultura, el uso de especies silvestres, los estanques de sal y la cerámica, marcan una etapa de suma importancia para la región mesoamericana: la aparición y desarrollo de una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Ubicadas a lo largo del Valle, estas tecnologías son una evidencia única de la constante adaptación del ser humano al medio y reflejan su capacidad de innovación para enfrentar las condiciones ambientales adversas de la zona.
El Valle de Tehuacán-Cuicatlán presenta niveles excepcionales de diversidad biológica en una zona árida y semiárida de América del Norte. Un notable 70% de las familias florales de todo el mundo están representadas en el Valle, por al menos una especie, y la zona es uno de los principales centros de diversificación de la familia de las cactáceas, muy amenazada en todo el mundo. En la propiedad existe una notable diversidad de cactus, a menudo en densidades excepcionales de hasta 1.800 cactus columnares por hectárea. La propiedad presenta una diversidad especialmente elevada entre otros tipos de plantas, como los agaves, las yucas, las bromelias, las burseras y los robles. A nivel mundial, alberga uno de los niveles más altos de biodiversidad animal en una zona árida, al menos en lo que respecta a taxones como anfibios, reptiles y aves. La propiedad coincide con una de las áreas protegidas más importantes del mundo para la conservación de especies amenazadas, que abarca más del 10% del área de distribución mundial de cuatro especies de anfibios, y está clasificada como una de las dos áreas protegidas más importantes del mundo para la conservación de siete especies de anfibios y tres de aves. La biodiversidad de esta región tiene una larga historia de sustento del desarrollo humano y hoy en día un tercio de la diversidad total del Valle de Tehuacán-Cuicatlán, unas 1.000 especies, son utilizadas por la población local.
La propiedad tiene un tamaño global suficiente y contiene los hábitats y las comunidades vegetales representativas clave de la provincia florística de Tehuacán-Cuicatlán y todos los elementos culturales relevantes que transmiten su Valor Universal Excepcional. Los tres componentes incluyen áreas relativamente inalteradas de alto valor de conservación y los 22 sitios arqueológicos seleccionados, y están integrados en una zona de amortiguamiento más amplia que coincide con la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. La zona de transición de la reserva de la biosfera ofrece una protección adicional.
Los sistemas de gestión implantados abordan las diversas amenazas que pesan sobre la zona y establecen objetivos, estrategias y acciones específicas en coordinación con los principales actores locales, nacionales e internacionales para hacer frente a estas amenazas, incluidos los efectos adversos del desarrollo.
Los yacimientos que lo componen siguen manteniendo su estado original, con los evidentes efectos deteriorantes del tiempo a lo largo de milenios, pero sin que se hayan producido alteraciones importantes en sus principales atributos físicos y espirituales. Gracias a los métodos de investigación utilizados, los sitios se mantienen inalterados y el sistema de sitios en su conjunto se ha conservado.
El bien Valle de Tehuacán-Cuicatlán: hábitat originario de Mesoamérica cuenta con una protección legal efectiva que garantiza el mantenimiento de su Valor Universal Excepcional. Los sitios arqueológicos que aún no están inscritos en el registro nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), están en proceso de ser incluidos. En el momento de la inscripción, el bien contaba con un Plan de Gestión Estratégica recientemente actualizado que pretende integrar la gestión del patrimonio natural con los elementos arqueológicos a través de una serie de objetivos interrelacionados. El plan ofrece una descripción de los bienes naturales y culturales en el marco de un bien mixto del Patrimonio Mundial y prescribe medidas adicionales para la conservación y gestión del patrimonio cultural inmaterial, como la diversidad lingüística y el desarrollo sostenible de las comunidades.
Las instituciones encargadas de aplicar las medidas de protección son la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Para el monitoreo de la biodiversidad, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad y la Comisión Nacional Forestal se coordinan con la CONANP. Todas estas instituciones trabajan conjuntamente con la Oficina de Administración de la Reserva de la Biosfera Tehuacán- Cuicatlán. Es necesario continuar con los esfuerzos para asegurar la plena integración y coordinación institucional en los temas relacionados con el patrimonio natural y cultural de acuerdo con los respectivos mandatos de la CONANP y el INAH. El Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través de la Coordinación Nacional de Arqueología, se ha comprometido a proporcionar los informes periódicos sobre la gestión, investigación y vigilancia del patrimonio cultural. Ambas instituciones gestoras trabajan activamente con las comunidades locales y se están realizando esfuerzos para reforzar estos acercamientos.
En comparación con otras regiones, la densidad de población es baja y las amenazas actuales y potenciales se consideran también bastante limitadas. El uso turístico en el momento de la inscripción era relativamente mínimo, sin embargo, tiene el potencial de crecer rápidamente. Una Estrategia de Turismo de Naturaleza para la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán (2018-2023) busca equilibrar la protección del Valor Universal Excepcional de la propiedad con el fomento de una visita responsable que empodere a las comunidades locales. Es necesario dar prioridad a la implementación adaptativa de esta estrategia basada en el monitoreo de los impactos.