Cancillería de Azerbaiyán: "La declaración de Pashinyan demuestra que Armenia no está interesada en una paz sostenible"

Bakú, 16 de mayo, AZERTAC
El 15 de mayo, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, intentó nuevamente engañar a la comunidad internacional respecto a las reivindicaciones territoriales contenidas en la constitución de Armenia, así como a la cuestión de la abolición del Grupo de Minsk, durante una entrevista concedida a la televisión pública de Azerbaiyán en Albania.
Es un hecho innegable que, para la parte armenia, la expresión de apoyo a la integridad territorial en los acuerdos internacionales carece de significado. Para ilustrarlo, basta recordar el proceso de adhesión de Armenia a la Declaración de Alma-Ata y la forma en que violó flagrantemente dicho acuerdo. Todo el mundo está al tanto de las reservas que la parte armenia formuló al adherirse a la Declaración de Alma-Ata, las cuales menciona constantemente, así como de la existencia de legislación vigente que se opone al reconocimiento de Karabaj como parte integral de Azerbaiyán.
Según informa AZERTAC, esto se refleja en el comentario del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, Aykhan Hajizada, en relación con las declaraciones realizadas por el primer ministro armenio durante la entrevista mencionada.
De acuerdo con A.Hajizada, el intento del primer ministro de argumentar sus afirmaciones citando la disposición de la Constitución sobre la prioridad de los tratados internacionales ratificados por Armenia sobre las leyes nacionales carece de fundamento.
“Para demostrar lo contrario, basta con examinar el artículo 5 de la Constitución armenia (jerarquía de las normas jurídicas). De acuerdo con esta disposición, la Constitución armenia es la norma jurídica suprema y la disposición sobre la prioridad de un tratado internacional, a la que se refiere el primer ministro, no tiene ningún vínculo con la Constitución. También es bien sabido que incluso el escudo de armas de Armenia, mencionado en el artículo 21 de la constitución, refleja las reivindicaciones territoriales sobre los vecinos de la actual Armenia. Por lo tanto, independientemente del tratado al que Armenia se adhiera, queda claro cuál es el objetivo de los intentos de preservar la disposición constitucional que contradice la integridad territorial de Azerbaiyán”, afirmó A.Hajizada, añadiendo que nadie ha olvidado cómo los dirigentes armenios, al aceptar la disposición sobre el apoyo a la integridad territorial en el proyecto de acuerdo de paz debatido desde octubre de 2022, apoyaron paralelamente al denominado régimen y lo siguieron legitimando hasta las medidas antiterroristas de septiembre de 2023.
Además, continuó, sería más apropiado que la parte armenia, al referirse a la integridad territorial basada en las fronteras de 1991 y la Declaración de Alma-Ata, diera explicaciones sobre por qué no ha cumplido con estos mapas y acuerdos durante los últimos 35 años, y por qué se ha negado a reconocer las fronteras reflejadas en los mapas soviéticos.
Junto con lo anterior, es pertinente recordar que el primer ministro, quien hace referencia con regularidad a las decisiones del Tribunal Constitucional de Armenia, también obvió el hecho de que, en enero de 2010, cuando el Tribunal Constitucional se pronunció sobre la conformidad de los protocolos de normalización de las relaciones con Turquía con la Constitución de Armenia, la parte armenia no renunció a sus reivindicaciones sobre la llamada “Armenia occidental”. Lo mismo ocurrió con la decisión del Tribunal el 26 de septiembre de 2024 sobre la conformidad de los reglamentos de las comisiones fronterizas entre Azerbaiyán y Armenia con la constitución de la República de Armenia. En particular, el tribunal consideró que el preámbulo, y por ende la Declaración de Independencia, constituyen “los principios fundamentales del estatus de Estado de Armenia» y destacó que son disposiciones inmutables, lo que subraya la magnitud de la amenaza que representan las reivindicaciones de Armenia sobre el territorio de Azerbaiyán”, señaló el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Asimismo, destacó que la lógica del primer ministro armenio, según la cual estos problemas pueden ser ignorados, demuestra que Armenia no está interesada en una paz sostenible y busca únicamente mantener la situación como base para una nueva agresión contra Azerbaiyán en el futuro. Al mismo tiempo, los intentos de Armenia de evitar la abolición oficial del Grupo de Minsk, una reliquia del pasado conflicto, y de vincular este proceso con un acuerdo de paz, evidencian la existencia de agendas ocultas contra Azerbaiyán. Todo esto demuestra, una vez más, que modificar la constitución, que constituye una amenaza directa para la seguridad nacional de Azerbaiyán, es una condición básica para la paz, y es un derecho legítimo de Azerbaiyán exigirlo.