El Ministerio de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán instó a las organizaciones internacionales que se condene el terror ambiental cometido por Armenia

Bakú, 9 de octubre, AZERTAC
El Ministerio de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán ha hecho un llamamiento a las organizaciones internacionales en relación con los daños causados a la naturaleza del país y al medio ambiente de la región como resultado de las recientes provocaciones militares y la agresión de Armenia contra Azerbaiyán, dijo el servicio de prensa del ministerio a AZERTAC.
El llamamiento se dirigió al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), La Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Organismo Japonés de Cooperación Internacional (JICA), el Organismo Coreano de Cooperación Internacional (KOICA), la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).
El llamamiento se refiere a los hechos de que los territorios azerbaiyanos están bajo ocupación armenia desde hace más de 30 años. Los territorios de Azerbaiyán están sometidos al terror ambiental. Como resultado de esta agresión, millones de personas se convierten en refugiados y desplazados internos.
En el llamamiento se subraya que en los últimos días la población civil resultó muerta y herida en un ataque militar armenio con artillería pesada. Las principales ciudades y aldeas y otros objetos civiles de Azerbaiyán son objetivos de las fuerzas militares armenias. Se señaló que aún no se han aplicado cuatro resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en las que se exige la retirada inmediata e incondicional de las tropas armenias de los territorios ocupados. Durante muchos años Armenia no sólo extermina la población civil, sino que también destruye nuestra naturaleza y explota sin piedad sus recursos. La quema de territorios, la contaminación de los recursos hídricos y la destrucción de la flora y la fauna por parte de los ocupantes armenios continúan hoy en día y causan grandes daños a todo el ecosistema único de la región.
Los depósitos de agua situados en los territorios ocupados no pueden ser utilizados por la población que vive en primera línea. Este hecho de terrorismo medioambiental supone una seria amenaza para la población que vive en las cercanías. Así, durante la temporada de cultivo, cuando la demanda de agua es elevada, los embalses son bloqueados por los agresores, pero en los días de lluvia, cuando no se requiere agua, la descarga de grandes volúmenes de agua de los embalses causa graves daños a las explotaciones agrícolas de las zonas circundantes.
La destrucción deliberada y sistemática de especies vegetales y silvestres endémicas debería ser el centro de la atención mundial, especialmente de las organizaciones internacionales de protección del medio ambiente, para que la legislación sea justa.
En la alocución también se señaló que Azerbaiyán, al ser parte en un gran número de tratados internacionales multilaterales sobre el medio ambiente, más que cualquier otro país de la región, se enfrenta a graves obstáculos para cumplir sus obligaciones debido a la ocupación.
En el llamamiento se exhortaba también a adoptar medidas concretas para restablecer la justicia, la paz y la tranquilidad, ejercer presión sobre la parte ocupante, condenar los actos de agresión de Armenia contra Azerbaiyán e instar a que se aplicaran las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En conclusión, en la alocución se expresa la esperanza de que las organizaciones internacionales no permanezcan indiferentes a esta cuestión y adopten medidas apropiadas dentro de sus facultades contra las violaciones del derecho internacional e impidan el terror ambiental.