Bakú, 4 de noviembre, AZERTAC

Ivana Vojinović, directora del Centro de Cambio Climático de la Universidad de Donja Gorica y ex directora general de Medio Ambiente del Gobierno de Montenegro, compartió con la Agencia Estatal de Noticias de Azerbaiyán (AZERTAC) su opinión sobre la celebración en Azerbaiyán de la 29ª sesión de la Conferencia de las Partes (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático el próximo mes de noviembre.

AZERTAC presenta la entrevista:

- ¿Qué significará la COP29 para el mundo y cómo contribuyen las conferencias COP a combatir el cambio climático?

-Las conferencias COP desempeñan un papel fundamental al reunir a casi 200 naciones para negociar objetivos climáticos jurídicamente vinculantes, revisar los avances y establecer mecanismos financieros para apoyar a las naciones en desarrollo. Uno de los resultados más significativos de las pasadas conferencias COP, la COP21, fue el histórico Acuerdo de París, por el que los países se comprometieron a limitar el aumento de la temperatura muy por debajo de los 2ºC. Las conferencias COP también impulsan la inversión del sector privado en tecnologías climáticas y fomentan la cooperación multilateral y la diplomacia climática para hacer frente a la crisis mundial. Los resultados de las conferencias COP incluyen compromisos climáticos más firmes a través de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), mecanismos de transparencia mejorados y la puesta en marcha de mercados de carbono. Cada COP se basa en los acuerdos anteriores, instando a acciones climáticas más ambiciosas que, en última instancia, dan forma a la agenda mundial sobre el cambio climático. Por ejemplo, la COP26 de Glasgow dio lugar al Pacto Climático de Glasgow, que insta a las naciones a reducir progresivamente el uso del carbón, mientras que la COP27 de Sharm El Sheik se cerró con un acuerdo innovador para proporcionar financiación por «pérdidas y daños» a los países vulnerables duramente golpeados por los desastres climáticos.

A mi parecer, la COP29, que está previsto que se celebre en Bakú (Azerbaiyán) del 11 al 22 de noviembre de 2024, representa un momento importante en la agenda climática mundial. Se centrará en renovar la voluntad política y acelerar la aplicación de los objetivos del Acuerdo de París. La peculiaridad es que la próxima cumbre sobre el clima se denominará «COP de la tregua», con el objetivo de pedir un alto el fuego mundial durante el periodo de la conferencia, promoviendo la paz y, al mismo tiempo, reflejando la comprensión de que las actividades militares también contribuyen a las emisiones globales, ya que representan entre el 5 y el 6% de las emisiones mundiales. La COP29 destacará un ángulo humanitario haciendo hincapié en la paz junto con la acción climática, ilustrando la interconexión de la seguridad mundial y la estabilidad climática. En otras palabras, reclamará una diplomacia climática más dinámica, que ya ha sido uno de los pilares de la creación del derecho climático internacional.

En cualquier caso, esta COP, al igual que sus predecesoras, se basará en compromisos anteriores para mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1,5 °C, impulsando debates sobre soluciones financieras, tecnológicas y políticas clave. Es importante que en esta COP, Azerbaiyán, como anfitrión, siga sentando las bases para la acción climática mundial, abogando por soluciones ambiciosas de financiación climática y fomentando la colaboración entre las partes interesadas. Y eso es crucial para todo el mundo.

- ¿Cuáles son los principales objetivos y expectativas de la COP29?

-La COP29 se centrará en aumentar la ambición climática. Su principal objetivo es la finalización del Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) sobre financiación climática, que pretende sustituir el compromiso incumplido de 100.000 millones de dólares anuales por parte de los países desarrollados para apoyar a las naciones en desarrollo. Se espera que este nuevo objetivo sea más exhaustivo y refleje las verdaderas necesidades financieras de las naciones vulnerables, pudiendo ascender a billones de dólares. Este podría ser un paso muy importante para intentar alcanzar cierto nivel de justicia climática, permitiendo una distribución justa de las cargas y beneficios de la transición hacia una economía sostenible, al tiempo que no se exacerban las desigualdades existentes, sino que se reducen. Como suele decir el secretario general de la ONU, António Guterres, necesitamos una «transición justa» en la que los países desarrollados lideren los compromisos financieros, garantizando así que las naciones más pobres también puedan participar de forma significativa en la transición. El resultado de esto podría reforzar o hacer quebrantar la confianza en el marco del Acuerdo de París.

Otro objetivo central es hacer operativo el artículo 6 del Acuerdo de París, que regula los mercados de carbono y podría estimular la financiación mundial de la lucha contra el cambio climático a través de mecanismos basados en el mercado. Esto es fundamental, ya que unos mercados de carbono que funcionen correctamente pueden movilizar miles de millones de dólares para la financiación mundial de la lucha contra el cambio climático, lo que supondría un aumento del volumen de negocio actual de 2.500 millones de dólares anuales.

Además, la COP29 abordará las NDC, instando a los países a mejorar sus compromisos de reducción de emisiones mediante la presentación de NDC nuevas o actualizadas para principios de 2025. Se alentará especialmente la presentación de Planes Nacionales de Adaptación, ya que la crisis climática es inevitable y los países deben adaptarse y reforzar su propia resistencia a las consecuencias adversas de los cambios climáticos. También se hará hincapié en la creación de las llamadas «zonas de energía verde» y en la producción de hidrógeno limpio, así como en el almacenamiento de energía verde. Dado el papel de Azerbaiyán como anfitrión, la Conferencia hará hincapié en la importancia de las estrategias específicas de la región para mitigar los impactos climáticos.

Hay grandes expectativas de que se alcancen acuerdos decisivos sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático y de que se permita a las naciones adaptarse y mitigar eficazmente sus efectos. Si tiene éxito, la COP29 sentará las bases para que las futuras conferencias se centren más en la aplicación y menos en la negociación.

- ¿Es posible una transformación ecológica global y qué retos existen?

Una transformación ecológica global es un reto inmenso que requiere un complejo rediseño energético a escala mundial, pero creo firmemente que es factible. Los aspectos clave de esta transformación incluyen la descarbonización de los sistemas energéticos, la transición de las industrias para abandonar los combustibles fósiles y el avance de los principios de la economía circular para reducir los residuos y el consumo de recursos. Los avances tecnológicos, junto con compromisos internacionales como el Green Deal europeo y la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense, muestran un impulso prometedor.

- ¿Es posible una transformación ecológica global y qué retos existen?

Una transformación ecológica global es un reto inmenso que requiere un complejo rediseño energético a escala mundial, pero creo firmemente que es factible. Los aspectos clave de esta transformación incluyen la descarbonización de los sistemas energéticos, la transición de las industrias para abandonar los combustibles fósiles y el avance de los principios de la economía circular para reducir los residuos y el consumo de recursos. Los avances tecnológicos, junto con compromisos internacionales como el Green Deal europeo y la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense, muestran un impulso prometedor.

Uno de los mayores retos es la financiación de la transición, especialmente para los países en desarrollo. Por ejemplo, la hoja de ruta Net Zero de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados requiere una inversión en energía limpia de 4,5 billones de dólares al año para 2030. La voluntad política y los problemas de gestión, así como la dependencia de los combustibles fósiles y la resistencia de las industrias establecidas, también complican la transformación ecológica mundial. La amplia infraestructura energética de los países industrializados basada en los combustibles fósiles les da un fuerte incentivo para seguir utilizando este recurso.

Abandonar el motor clave del cambio climático inducido por el hombre, el combustible fósil, tendrá efectos a largo plazo sobre la dinámica geopolítica y la redistribución del poder. La concentración geográfica o física de las reservas de combustibles fósiles ha convertido a algunos países en productores, mientras que la mayoría son predominantemente importadores. A diferencia de los combustibles fósiles, cuyas grandes reservas se concentran en determinados países y regiones, las fuentes de energía renovables (sol, viento, energía geotérmica, etc.) están disponibles en todos los países, en mayor o menor medida.

Pese a estos retos, la transición ecológica mundial avanza, impulsada por acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París, y reforzada por los compromisos asumidos en las conferencias COP. Las innovaciones en tecnologías energéticas limpias, como la energía eólica marina, la energía solar y el almacenamiento en baterías, también están haciendo que la transformación verde sea más factible. Aunque el camino sigue siendo difícil, cada COP refuerza los cimientos de la transformación ecológica mundial.

El cambio hacia las energías renovables en la UE también ofrece esperanza. El primer semestre de 2024 estuvo marcado por un logro pionero en el campo de la transición energética. En concreto, las centrales solares y los parques eólicos superaron por primera vez a los combustibles fósiles en la producción de electricidad, ya que produjeron el 30% de la electricidad en la UE y los combustibles fósiles, el 27%.

- ¿Garantizará la COP29 nuevos niveles de financiación climática para los países en desarrollo?

-Garantizar una financiación climática adecuada para los países en desarrollo ha sido un tema recurrente en las conferencias de la COP. Se espera que la COP29 logre un avance significativo con el NCQG, que tendrá como objetivo establecer una nueva línea de base para la financiación climática más allá del objetivo incumplido de 100.000 millones de dólares de la década anterior. Este nuevo objetivo se centrará en satisfacer las necesidades reales de los países en desarrollo, que son significativamente superiores al compromiso original de 100.000 millones de dólares. Se prevé proporcionar por fin a los países en desarrollo los recursos que necesitan para construir infraestructuras resilientes y perseguir un desarrollo ecológico, abordando tanto la adaptación como la mitigación. En mi opinión, esto será crucial para fomentar la confianza y permitir acciones climáticas más ambiciosas a nivel mundial. De ahí que se espere que la COP29 desempeñe un papel fundamental en la reformulación de la financiación climática para los países en desarrollo.

Dada la creciente urgencia de la crisis climática, la COP29 también puede explorar mecanismos de financiación innovadores, como la participación del sector privado, los bonos verdes y la tarificación del carbono, para complementar la financiación pública tradicional. El éxito en alcanzar un nuevo acuerdo de financiamiento representaría un gran paso adelante para abordar el déficit financiero que ha afectado los compromisos de las COP anteriores, en particular para las naciones vulnerables que ya están experimentando graves impactos climáticos.

Un resultado satisfactorio en la COP29 también podría restaurar parte de la confianza perdida entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Como hemos visto en anteriores COP, los retrasos en los compromisos financieros han obstaculizado el progreso climático mundial, y algunos países en desarrollo se muestran escépticos ante las promesas realizadas por las naciones más ricas. Si la COP29 puede garantizar fuentes de financiación significativas y predecibles, señalará un compromiso mundial reforzado con una acción climática equitativa.

- ¿Qué posibilidades hay de transformar los territorios liberados de Azerbaiyán en una zona de energía verde?

-Los territorios liberados de Azerbaiyán tienen un gran potencial para transformarse en una zona de energía verde. Azerbaiyán ya ha trazado planes para desarrollar proyectos de energías renovables en estas zonas, aprovechando los abundantes recursos solares y eólicos de la región. Con el apoyo de asociaciones e inversiones internacionales, Azerbaiyán puede crear infraestructuras de energías renovables a gran escala, como granjas solares y parques eólicos, que contribuyan tanto a la seguridad energética nacional como a las exportaciones energéticas regionales.

La ubicación estratégica de Azerbaiyán y las infraestructuras existentes aumentan aún más la posibilidad de transformar estos territorios en un centro de energía verde. El desarrollo de corredores de energía limpia y la integración en redes energéticas regionales más amplias podrían posicionar a Azerbaiyán como un actor clave en la transición hacia las energías renovables en la región del Cáucaso Sur. Esta iniciativa se ajusta al compromiso más amplio de Azerbaiyán de diversificar sus exportaciones energéticas y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, creando un futuro energético sostenible para el país y la región.

- ¿Cómo valora el potencial de Azerbaiyán como exportador de energías renovables?

-Azerbaiyán puede convertirse en un importante exportador de energías renovables, sobre todo de energía solar y eólica a gran escala. El clima y las ventajas geográficas del país lo hacen ideal para proyectos de energías renovables. Azerbaiyán ya está haciendo progresos atrayendo inversiones internacionales y fijando ambiciosos objetivos de generación de energía limpia. Al ampliar su infraestructura de energía verde, Azerbaiyán puede suministrar electricidad renovable no sólo a nivel nacional, sino también a los países vecinos, contribuyendo a la transición energética regional. Este cambio no sólo contribuye a los compromisos climáticos de Azerbaiyán, sino que también aumenta su relevancia geopolítica como proveedor de energía limpia a Europa y Asia.

El potencial de energía renovable de Azerbaiyán está respaldado por sus iniciativas estratégicas para desarrollar tecnologías limpias de hidrógeno y almacenamiento de energía, que se consideran tecnologías de vanguardia o futuros pilares del sistema energético mundial. Si tiene éxito, la transición energética de Azerbaiyán podría servir de modelo para otros países dependientes de los combustibles fósiles que quieran pivotar hacia las energías renovables.