Bakú, 23 de noviembre, AZERTAC

Esta es una COP única, aunque la 29ª en número. Los debates sobre cuestiones climáticas son amplios y exhaustivos. No hay politización, como hemos visto en muchos otros eventos internacionales de este nivel. No hay ningún intento de reafirmar la competencia económica dentro de la agenda climática. Hay un diálogo abierto, incluso con los países vulnerables, y todo el mundo puede expresar su posición. Se trata de un diálogo sobre el desarrollo de mecanismos específicos relacionados con la financiación climática, algo de lo que ya se habló cuando se firmó el Acuerdo de París. Han pasado muchos años, pero hasta hoy no se ha dado ningún paso real. Hoy ya existe un diálogo sobre la transferencia de tecnología de los países desarrollados a los países en desarrollo, en términos de adaptación y de reducción del impacto sobre el cambio climático. Esta es la singularidad de la COP de Bakú.

Lo declaró a AZERTAC Dmitry Kirillov, director de la Agencia Federal de Recursos Hídricos de la Federación Rusa.

Según él, la agenda del agua en el diálogo sobre el clima se formó no hace mucho tiempo.

"Ésta es sólo la tercera conferencia en la que el tema del agua se escucha de forma independiente, por separado. Esto demuestra que ahora todos estamos más cerca de comprender la necesidad de preservar nuestros ecosistemas teniendo en cuenta el cambio climático. Hoy, la agenda del agua ya se está ampliando. Los países se dan cuenta de la necesidad de adoptar medidas conjuntas sobre la conservación de los recursos hídricos, su uso integrado y su gestión racional, comprendiendo que estas tareas no pueden resolverse dentro de las fronteras de un solo Estado. En cuanto a Rusia, tenemos unos 40 mil kilómetros de frontera estatal que discurren a lo largo de masas de agua", señaló el interlocutor de la Agencia.

El jefe de la agencia, refiriéndose a las perspectivas de desarrollo de las relaciones hídricas entre Rusia y Azerbaiyán, recordó el actual acuerdo intergubernamental sobre el uso racional y la protección de los recursos hídricos del río transfronterizo Samur.

"Este diálogo se mantiene casi semanalmente, porque está vinculado al reparto del agua, para garantizar el funcionamiento del complejo hidroeléctrico. Por ejemplo, la ciudad de Bakú, donde nos hemos reunido hoy, se abastece en un 90% del agua del Samur. Si no se establece un diálogo constructivo entre Rusia y Azerbaiyán, la cuestión del abastecimiento de agua de Bakú quedará en el aire y no habrá otras vías alternativas para resolver el problema.

Por eso cooperamos estrechamente con nuestros colegas azerbaiyanos. Se trata de un ejemplo de cooperación estratégica entre los países, dado que el 95% de los recursos hídricos del río se forman en el territorio de Rusia. Se trata de un elemento de diálogo constructivo, que hoy reproducimos aquí a otros países. Los ríos no deben dividir: los ríos deben unir”, subrayó Kirillov.