CIENCIA Y EDUCACIÓN
Astrónomos estadounidenses han realizado un censo de las más pequeñas estrellas muertas de la galaxia
Bakú, 5 de febrero, AZERTAC
Los astrónomos americanos han casi duplicado el número de pequeñas enanas blancas conocidas por la humanidad, girando unas alrededor de otras a corta distancia. Estos pares de luminarias ayudarán a los científicos a estudiar en detalle las ondas gravitatorias de baja frecuencia por primera vez. Esto fue reportado por la oficina de prensa de la Universidad de Harvard el martes, reporta AZERTAC con referencia a TASS.
"Como regla, consideramos tales pares de estrellas como "gérmenes" de supernovas. En el futuro, estas luminarias se fusionarán, producirán un poderoso flash y se convertirán en un objeto cuya naturaleza aún no está clara. Por otra parte, ya está claro que todas las estrellas que hemos descubierto serán excelentes fuentes de ondas gravitatorias para el observatorio LISA", dijo Warren Brown, astrónomo de Harvard citado por la oficina de prensa de la universidad.
Las enanas blancas del astrónomo son llamadas los núcleos de pequeñas estrellas "quemadas" que carecen de sus propias fuentes de energía. Surgen en las últimas etapas de la vida brillante, cuya masa no excede al sol más de 10 veces. Tales estrellas no explotan como una supernova, y dejan caer sus cáscaras externas, formando una nebulosa, que desde el interior "ilumina" su antiguo núcleo.
Tales "estrellas muertas" son de interés para los astrofísicos porque se consideran los antepasados de las relativamente raras supernovas de tipo 1, lo que permite estimaciones muy precisas de las distancias en el espacio. Además, la naturaleza, la estructura y la composición de la materia, que consiste en enanas blancas, los científicos aún no entienden completamente que también estimuló la curiosidad de los investigadores.
Los pares cercanos de enanas blancas atraen aún más la atención de los astrofísicos y cosmólogos. Esto se debe al hecho de que tales estrellas se están acercando gradualmente, perdiendo energía en forma de ondas de gravedad. Cuanto más se acercan estas "estrellas muertas" entre sí, más fuerte es su interacción con las fuerzas de la gravedad, lo que acelera aún más su convergencia y aumenta las oscilaciones del espacio-tiempo.
Por esta razón, los astrónomos han estado buscando activamente pares cercanos de enanas blancas durante bastante tiempo, con la esperanza de fijar las ondas gravitatorias de baja frecuencia que producen con el Telescopio de Gravedad Europeo LISA en construcción, que será lanzado en órbita en la próxima década. El número de estrellas dobles de este tipo que conocemos es extremadamente pequeño, unas cuatro docenas de pares de enanas blancas reclaman este estatus. Sólo uno de ellos, WD J0651+2844 en la constelación de Virgo, ha sido reconocido como una fuente "fiable" de ondas gravitatorias.
Brown y sus colegas han ampliado enormemente el número de fuentes potenciales de tales ondas gravitatorias, estudiando los resultados del "censo" de las estrellas más pequeñas de la galaxia, que los astrónomos de Harvard llevaron a cabo como parte del proyecto ELM (Extremely Low Mass).
Estos cálculos, esperan los científicos, les ayudarán a probar todas las teorías astrofísicas y cosmológicas existentes que describen el proceso de formación de nuevas estrellas y la muerte de las luminarias quemadas. En particular, tales cálculos indican que la Galaxia debería tener unos cien millones de pares de enanas blancas, la mayoría de las cuales deberían tener una masa extremadamente baja.
Los astrónomos de Harvard han duplicado el número de objetos de este tipo que conocemos, aprovechando el hecho de que las pequeñas enanas blancas que giran unas alrededor de otras tendrán una estructura espectral única y un brillo suficientemente bajo. Con esta idea en mente, los científicos seleccionaron varios cientos de candidatos para el papel y los estudiaron en detalle usando los observatorios en órbita de GAIA, Chandra y varios telescopios terrestres.
Estas mediciones mostraron que 90 objetos de esta lista están en la categoría de equivalentes potenciales WD J0651 + 2844, lo que aumentó drásticamente el número de posibles fuentes de ondas gravitatorias en las cercanías de la Tierra. En particular, el objeto J0935 +4411 en la constelación de la Osa Mayor, como lo demuestran las observaciones y cálculos de Brown y su equipo, no será inferior a WD J0651 + 2844 en la fuerza de las ondas gravitatorias producidas, que pueden ser detectadas con LISA.
Como esperan los científicos, las nuevas observaciones de estas enanas blancas lo confirmarán y ayudarán a elegir los candidatos más convenientes para las observaciones tanto con el LISA como con otros observatorios de gravedad del futuro, y con telescopios ópticos y otros instrumentos que trabajen con ondas electromagnéticas.