POLÍTICA
El periodista colombiano escribió un extenso artículo sobre los territorios liberados azerbaiyanos
Bakú, 9 de agosto, AZERTAC
Las dos de las principales agencias de noticias políticas de Colombia “El Expediente” y “La Otra Cara”, publicaron un artículo titulado "EL Renacer de Azerbaiyán" sobre las impresiones de la visita del conocido periodista Roberto Trobajo a nuestros territorios liberados.
Según AZERTAC, el periodista, que visitó Jabrayil, Fuzuli, Ganja, Aghdam y Shusha, brindó información que Armenia había destruido y saqueado infraestructura civil, lugares de culto, muestras arquitectónicas y perlas culturales centenarias en los territorios ocupados de Azerbaiyán durante casi 30 años.
A este respecto, el autor destaca el vandalismo armenio que presenció en la ciudad de Aghdam, a la que llamó la "Hiroshima del Cáucaso", la ciudad fue destruida deliberadamente tanto que fuera imposible para hacerla habitable nuevamente, el Teatro Dramático de Aghdam, el Museo del Pan, los palacios centenarios fueron destruidos, los animales fueron criados en mezquitas y el estadio del club de fútbol Karabaj de Aghdam quedó inutilizado.
El autor observa que las fosas comunes fueron saqueadas en la ciudad de Jabrayil y que las fuerzas armadas armenias utilizaron este proceso como fuente de ingresos, además de drenar por completo los manantiales circundantes y saquear varias figuras que los adornaban.
Hablando sobre el valor moral de Shusha para Azerbaiyán y su lugar excepcional en la cultura del país, el periodista colombiano destacó que la inaccesible fortaleza de Shusha fue liberada gracias al extraordinario coraje y determinación de las fuerzas armadas azerbaiyanas. Expresando admiración por la grandeza de la antigua fortaleza de Shusha y la belleza de la llanura de Jidir, el autor dice que el patrimonio histórico y cultural de Azerbaiyán también es víctima del vandalismo armenio.
El autor dijo que para evitar la reconstrucción de ciudades y asentamientos en estas zonas y evitar el regreso de la población azerbaiyana a sus hogares, Armenia realizaba la plantación masiva de minas en los territorios ocupados y señaló que Azerbaiyán lleva a cabo una limpieza intensiva para reconstruir ciudades y asentamientos en estas áreas.
En conclusión, el autor enfatiza que fue testigo de la devastación de tierras antiguas y hermosas como resultado del vandalismo de la potencia ocupante, pero aprendió del pueblo azerbaiyano que es posible nacer de nuevo, más fuerte, gracias a una profunda espiritualidad y perseverancia.