CULTURA
Lápidas en el condado de Shusha
Bakú, 14 de abril, AZERTAC
Un monumento es un monumento erigido no sólo con motivo de un acontecimiento importante o en honor de una persona famosa. Las esculturas y obras arquitectónicas erigidas en las tumbas de personalidades eminentes también son monumentos.
El investigador Vasif Guliyev, autor de más de 20 libros sobre la historia y la etnografía de Karabaj, habló de las lápidas en el distrito de Shusha en su entrevista con AZERTAC: "Hay una lápida de Mir Mohsun Navvab Garabaghi en Jidir duzu, en el cementerio, que lleva el nombre de Mir Fasekh aga, cerca del mausoleo de Molla Panah Vagif. Mir Ibrahim Agamirzade, hijo de Mir Mohsun Navvab, talló la siguiente inscripción en la lápida: "El gran Navvab dejó este mundo. Era un sabio y una figura destacada de su época. Descendiente de un linaje sagrado, el infalible seguidor del profeta escribió muchos libros, dejando su memoria. Que descanse en paz en todo momento. El Nawwab falleció el 29 de Rabiul-Awwal de 1919".
En 1960, se erigió un monumento en bajorrelieve de mármol rojo sobre la tumba de Mir Mohsum Navvab Garabaghi por encargo de la UNESCO. Sus autores son el escultor Tokay Mammadov y el arquitecto Rasim Abdurrahmanov.
En 1980 se erigió un monumento conmemorativo a la poetisa Khurshud Banu Natavan en el complejo de Imaret en honor al 150 aniversario de su nacimiento. El autor del monumento es Eljan Shamilov. Encarnó con sensibilidad y reverencia la imagen de Natavan. Dos líneas temáticas principales -la tristeza y el amor a la vida- se reflejan en la composición al máximo. Al margen de las penurias y adversidades que acontecen a la poetisa, la imagen de Natavan reproduce magistralmente sus rasgos virtuosos. Es una persona fuerte y una mujer frágil al mismo tiempo. El monumento aborda con filigrana y actitud reverente cada detalle de la imagen: el escultor plasmó perfectamente los rasgos del rostro de la poetisa e incluso los pliegues de sus ropas. La mirada de la poetisa se fija en la tumba de su hijo Mirabbas, prematuramente fallecido. El autor ha transmitido sutilmente los sentimientos y las preocupaciones de Natavan. En la profundidad de sus ojos se esconde una tristeza sin aliento. Contemplando el monumento, como si una melancólica elegía fluyera por su corazón. El monumento es una especie de crónica de la vida de la poetisa. Su voluntad indomable y su firmeza ante las vicisitudes del destino se reflejan armoniosamente en la imagen. Natavan aparece en la imagen de la madre: una mujer tierna, cariñosa y fuerte. El monumento representa una imagen de la mujer azerbaiyana del siglo XIX".
El investigador también informó sobre el monumento a la tumba erigido al poeta Gasim bey Zakir, contemporáneo de Natavan, en Shusha: "Con motivo del 200º aniversario de Gasim bey Zakir, el monumento fue construido en una pequeña colina de Shusha en 1984 en el cementerio de Mirza Hasan, de acuerdo con una decisión especial del Comité Central del Partido Comunista de Azerbaiyán. Se restauraron las tumbas de personajes destacados del siglo XIX y se colocó un césped".