SOCIEDAD
COP29: Oportunidad para crear armonía con la naturaleza
Bakú, 3 de septiembre, AZERTAC
Los cambios climáticos notables en la Tierra se registraron hace miles de años, incluso antes del comienzo de nuestra era. En aquella época, aunque el hombre estaba en contacto con la naturaleza, no tenía oportunidades especiales para influir en los procesos. Los cambios fijos se producían por causas naturales. Sin embargo, desde mediados del siglo pasado, la influencia humana en la naturaleza empezó a superar con creces a los factores naturales y vino acompañada de graves cambios a escala global. El cambio climático se refiere al calentamiento global, provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a actividades antropogénicas. Son las emisiones de gases de efecto invernadero, de las que más del 90% son dióxido de carbono y metano, las principales responsables del calentamiento.
En la actualidad, la población mundial, independientemente de su religión, lengua, raza y nacionalidad, intenta unirse y agruparse en torno a un objetivo: luchar contra el “enemigo” que ellos mismos han creado. La Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) es también una oportunidad para demostrar esa solidaridad. La próxima COP29 de Bakú reviste especial importancia en este contexto.
En 2025, todos los países deberán renovar sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
Según informa AZERTAC, Faig Mutallimov, jefe del Departamento de Política Medioambiental del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales, declaró que la lucha mundial contra el cambio climático comenzó con la aprobación de la Convención Marco sobre el Cambio Climático, uno de los tres documentos principales aprobados en Río de Janeiro en 1992. Como la convención es un marco, primero se adoptó el Protocolo de Kioto y en 2015 se aprobó el Acuerdo de París. Estos documentos establecen objetivos y compromisos más específicos.
“Incluso antes, en 1988, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas crearon una organización científica, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Los objetivos especificados en el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, a saber, mantener el aumento de la temperatura por debajo de 2° y, si es posible, limitarlo simultáneamente a 1,5° en comparación con la era preindustrial - aproximadamente los años 1850-1900 -, se elaboraron sobre la base de las evaluaciones científicas del IPCC. En general, los objetivos consagrados en el Acuerdo de París y en la Convención Marco sobre el Cambio Climático se basan únicamente en la información de esta estructura científica”, afirmó él.
El ecologista señaló que el Acuerdo de París obliga a los países a actualizar periódicamente sus objetivos y planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos objetivos se actualizan cada cinco años. El último informe del IPCC establece un objetivo de emisiones netas nulas de 1,5° hasta 2050 con el fin de limitar el calentamiento climático. Es decir, si este objetivo no se alcanza a nivel mundial, el objetivo de 1,5° también estará fuera de nuestro alcance. El objetivo de emisiones cero implica absorber, retener y almacenar las emisiones de gases de efecto invernadero mediante diversos métodos.
“El ejemplo más sencillo es su absorción por los espacios verdes y los bosques, de modo que hay un equilibrio, hay una proporción igual de gases emitidos que de gases absorbidos. Así, al no emitirse más gases de efecto invernadero a la atmósfera, no se produce un aumento de la temperatura, es decir, un aumento del efecto invernadero. El objetivo de 1,5° se alcanzaría entonces. Se trata, pues, de una base puramente científica. A su vez, los países declaran sus compromisos en el marco del Acuerdo de París cada cinco años”, añadió.
Por cierto, Azerbaiyán se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% hasta 2030 en comparación con 1990. Se ha fijado el objetivo de reducir las emisiones en un 40% hasta 2050. En 2025 todos los países deberán actualizar sus compromisos, y en este contexto habrá que tener en cuenta la contribución del IPCC. Incluso se han hecho llamamientos en este sentido para que los países definan sus compromisos para alcanzar el objetivo de 1,5°. Los distintos países tienen responsabilidades diferentes en este sentido, lo que también se refleja en el Acuerdo de París. Así pues, las responsabilidades de los países desarrollados y en desarrollo son diferentes. En el Acuerdo de París, los compromisos difieren precisamente en el aspecto de los países desarrollados y en desarrollo. No hay diferencia en cuanto a emisiones y residuos. Porque hoy, según los informes del IPCC, la temperatura ya ha aumentado entre 1,1° y 1,2° con respecto a la era preindustrial. La responsabilidad de lo que está ocurriendo recae más en los países que ya han recorrido el camino del desarrollo y siguen desarrollándose hoy en día que en los que todavía están en la senda de su propio desarrollo.
Según Faig Mutallimov, uno de los principales temas de la COP29, que se celebrará en Azerbaiyán, está relacionado con la financiación de la lucha contra el cambio climático, es decir, la definición de compromisos relacionados con la transferencia de recursos financieros.
“En este sentido, los países desarrollados deben garantizar la transferencia anual de financiación y tecnología a los países en desarrollo para que pueda alcanzarse el objetivo de 1,5°. Esta es la razón de las diferentes obligaciones de los países derivadas del Acuerdo de París. Para que los países desarrollados y en desarrollo, incluido Azerbaiyán, puedan alcanzar estos objetivos, son importantes tanto las medidas aplicadas por los países como, en determinadas condiciones, el acceso a la tecnología. Al fin y al cabo, como sabemos, el desarrollo tecnológico es más rápido en los países desarrollados. Pero el acceso a la tecnología en los países en desarrollo y en los países menos desarrollados es algo diferente. Es crucial que la tecnología esté disponible para reducir las emisiones. Desde este punto de vista, los países desarrollados tienen sus responsabilidades», subrayó el experto.
Como vemos, la COP29 ofrecerá importantes oportunidades para salvar nuestro planeta, para crear armonía con la naturaleza. Con esfuerzos globales y estrategias decisivas, podremos “reconciliarnos” con la naturaleza y mitigar estos procesos.