El Té: más que una bebida en Azerbaiyán

Bakú, 22 de mayo, AZERTAC
El té, una bebida apreciada globalmente, tiene profundas raíces históricas y culturales en muchas partes del mundo. China, conocida como la cuna del té, es donde comenzó el cultivo de la planta después de descubrirse sus beneficios para la salud. Las primeras menciones del té se encuentran en manuscritos chinos que datan de hace más de 5.000 años, lo que resalta su importancia tanto en la medicina tradicional como en la vida cotidiana.
Sin embargo, las tradiciones del té no se limitan a China. En Azerbaiyán, el té también es un pilar central de la vida social y cultural, especialmente en el sur del país, donde se cultiva la planta en varias regiones. El sur de Azerbaiyán, en particular, las zonas de Astara, Lankaran y Masalli, junto con algunas áreas del noroeste como Balakan, Gakh y Zagatala, se destacan por la producción de diversas variedades de té, informa AZERTAC.
Historia del té en Azerbaiyán
La historia del té en Azerbaiyán comenzó en 1912 cuando los primeros arbustos de té fueron traídos a la región de Lankaran, en el sur del país. La plantación de té se estableció en un entorno natural ideal para el cultivo, lo que permitió el desarrollo de una industria local que sigue siendo vital para la economía. En 1937, se construyó la primera fábrica de té en Lankaran, marcando el comienzo de la producción en masa de té en Azerbaiyán.
A día de hoy, Azerbaiyán consume más de 10,000 toneladas de té al año, y el té se ha consolidado no solo como una bebida de consumo diario, sino también como un símbolo de hospitalidad y conexiones sociales. La costumbre de servir té a los visitantes refleja el valor cultural que se le da al acto de compartir este brebaje.
El Té: más que una bebida en Azerbaiyán
En Azerbaiyán, el té no es simplemente una bebida para saciar la sed, sino una decoración indispensable de la mesa. En los hogares y en los salones de té, el té se sirve con rituales que subrayan la importancia de la hospitalidad. Los vasos tradicionales de té, llamados "armudi", en forma de pera, se usan para conservar el calor de la bebida el mayor tiempo posible. A menudo, el té se acompaña con azúcar en terrones, limón, dulces y frutas secas, lo que crea una experiencia sensorial rica y placentera.
El té no solo se consume en momentos de descanso, sino que es un elemento esencial en encuentros sociales, donde se discuten asuntos importantes como negocios, política o relaciones personales. Las largas charlas acompañadas de té en los salones de té, conocidos por su ambiente relajado y acogedor, son una tradición profundamente arraigada en la sociedad azerbaiyana.
Un vínculo con la Hospitalidad y la Cultura
El té en Azerbaiyán va más allá de un simple hábito. Se considera un símbolo de hospitalidad. Es impensable que un visitante se retire de la casa de un azerbaiyano sin haber probado un buen té. Esta práctica refleja el espíritu de acogida y el respeto hacia el invitado, elementos esenciales de la cultura azerbaiyana.
Este gesto no solo se ve en las casas, sino también en celebraciones importantes, como en los pedidos de mano, donde se sirve té dulce como parte de una tradición simbólica. El azúcar en el té representa a la novia, y el té al novio. Cuando los padres del novio mezclan ambos ingredientes, el sabor del té dulce simboliza la aceptación de los padres de la novia, un ritual que resalta la importancia de las tradiciones familiares.
El té como marca cultural
Con el reciente reconocimiento de la ceremonia del té azerbaiyana como parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO, la tradición del té ha adquirido aún más relevancia en la promoción de Azerbaiyán como destino turístico. Los turistas no solo pueden disfrutar del té, sino también de dulces tradicionales como la pakhlava, shekerbura que complementan la experiencia cultural completa.
Este impulso por poner en valor las tradiciones del té no solo promueve la cultura de Azerbaiyán, sino que también crea una marca nacional que conecta a los turistas con las raíces históricas y sociales del país.
El té en Azerbaiyán no es solo una bebida, es una manifestación de la identidad cultural y de la hospitalidad de su gente. Al ser parte integral de la vida diaria, las celebraciones y los rituales familiares, el té se ha convertido en un símbolo de la conexión social. Con su reciente inclusión en la lista del patrimonio inmaterial de la UNESCO, las tradiciones del té azerbaiyano están siendo reconocidas mundialmente, permitiendo que más personas se sumergen en esta rica cultura y disfrutando de la calidez y hospitalidad que caracterizan al pueblo azerbaiyano.