MUNDO
La evolución de los pinzones de Darwin es la excepción, no la regla
Bakú, 30 de enero
Un estudio tumba la idea de que los picos de las aves siempre están perfectamente adaptados a su dieta.
Guillermo Navalón es un paleontólogo que estudia fósiles del Mesozoico. En el yacimiento de Las Hoyas, en Cuenca, se han encontrado restos de las primeras aves que existieron, correspondientes a este periodo. Para saber cómo encajaban esos pájaros en el ecosistema primitivo, y así entender la relación entre las aves modernas y los dinosaurios, él y sus compañeros deben averiguar primero qué comían. Hay pocas pistas, pero, en un principio, pensaron que la forma del pico podría ser una de las mejores, anuncia AZERTAC refiriéndose a elpais.com
Su plan se basaba en “una idea que se ha tenido desde Darwin”, según Navalón: que los picos de las aves están exactamente adaptados a cada modo de alimentación, gracias a la selección natural. “Ese axioma está flotando en el imaginario colectivo de los paleontólogos, y nosotros nos lo tragamos completamente. Estábamos convencidos de que podíamos desarrollar una herramienta para inferir la ecología de cada ave por la forma de su pico”, relata. Se equivocaron.
No es que Charles Darwin no tuviera razón. Los pinzones que el padre de la evolución observó en las islas Galápagos sí tienen picos optimizados para su forma de alimentación. Por ejemplo, los pajarillos con los picos más gruesos comen semillas o escarabajos difíciles de cascar. En investigaciones posteriores, los biólogos de la Universidad de Princeton Rosemary y Peter Grant han demostrado que, para esas aves tan especializadas, incluso una desviación de un milímetro de la longitud o profundidad óptimas del pico puede llevar a la muerte por inanición durante los meses de escasez.
El error de los científicos fue asumir que este grado de adaptación anatómica a la dieta fuera generalizable a todo el conjunto de las aves. “Los pinzones de Darwin son la excepción más que la regla”, confiesa Navalón, que cursa el último año de su doctorado en la Universidad de Bristol (Reino Unido) y la Universidad Autónoma de Madrid. Él y compañeros de España, Reino Unido y Estados Unidos han analizado el pico de 176 especies aviares no extintas de grupos muy variados. Su estudio aparece publicado en el último número de la revista científica Evolution.
El equipo ha encontrado que, aunque existe una correlación general entre el perfil del pico y la ecología de las aves —qué comen y cómo lo comen—, el vínculo es débil. Tanto es así, que la dieta solo justifica un 12% de la variación anatómica observada entre los picos de los pájaros que viven hoy en día. “Como sus manosestán integradas en las alas, usan el pico para prácticamente todo”, señala Navalón. Es la herramienta con la que se acicalan, con la que construyen nidos, con la que cantan y a veces con la que se pelean. Para algunas especies, el pico tiene funciones adicionales muy concretas, como ocurre con los tucanes, que lo emplean para regular su temperatura corporal.
La selección natural favorece las características que mejoran la supervivencia y la reproducción. Aunque la alimentación es sin duda importante, para algunos grupos de aves otras presiones selectivas son incluso más potentes, tanto que empujan la evolución del pico hacia formas que no son nada eficientes para comer. El frailecillo atlántico (Fratercula artica), por ejemplo, se alimenta casi exclusivamente de peces. Sin embargo, su pico corto y profundo no se parece en absoluto a las estructuras afiladas que caracterizan a otras especies piscívoras. Eso es porque también lo utilizan “como bandera” para reconocer a otros individuos, explica Navalón, y además para excavar madrigueras.
Lejos de ser un ejemplo “de libro” de adaptación, los científicos han descubierto que la evolución del pico es un proceso lioso, en el que compiten muchas presiones selectivas que suelen resolverse en algún término medio. De hecho, la forma de pico más abundante entre las aves, de todas las que estudiaron, es la de un pico recto y delgado, de longitud media, útil para desparasitarse, pero también para coger objetos del suelo y para comer una variedad de alimentos. Es la navaja suiza de los picos.