POLÍTICA
La primera mesa redonda del Foro Global de Bakú se centra en “El nuevo orden mundial después de COVID-19”
Bakú, 5 de noviembre, AZERTAC
El VIII Foro Global de Bakú, celebrado en la capital de Azerbaiyán el 4 de noviembre bajo el lema "La paz después de la COVID-19", prosiguió sus trabajos con la celebración de mesas redondas tras la ceremonia de apertura.
Según AZERTAC, la primera sesión de la mesa redonda estuvo dedicada a "El nuevo orden mundial después de COVID-19".
En la sesión se debatieron temas como el panorama político posterior a la COVID-19, la gobernanza después de los conflictos, la gobernanza mundial, la seguridad mundial, el papel de China en un mundo cambiante, los formatos del G7 y el G20, la economía y el comercio mundial, la lucha por los recursos naturales, la desigualdad, los derechos humanos, el medio ambiente y el desarrollo económico sostenible.
El moderador, Yves Leterme, ex primer ministro belga en 2008 y 2009-2011, expuso primero brevemente los temas que se iban a debatir. Destacó que los participantes discutirán el nuevo orden mundial después de COVID-19. En la actualidad, surgen dos perspectivas sobre el orden mundial posterior a COVID-19. Mientras que muchos políticos son optimistas sobre un periodo post-pandémico, otros dicen lo contrario. Las investigaciones muestran que la pandemia sigue teniendo un impacto negativo en la economía mundial. La nueva situación mundial ha condicionado el desarrollo en algunas zonas del mundo, pero amenaza el desarrollo en muchas zonas.
Se mencionó que en la mesa redonda se debatirán ampliamente las cuestiones aún pendientes en la economía de EE.UU., el desarrollo de la economía de China en el período pospandémico, la situación demográfica en ese país, los procesos políticos en las regiones, la Unión Europea, Afganistán, Corea del Norte, Irán y otros países, así como el fin del conflicto, que no se ha resuelto durante años en el Cáucaso Meridional, el trabajo que se realizará para la creación de un ambiente de confianza en el Cáucaso en el período pospandémico, la capacidad de la organización y sus miembros.
Amr Musa, secretario general de la Liga Àrabe de 2001 a 2011 y ex ministro de Asuntos Exteriores de Egipto de 1991 a 2001, analizó el papel de la mayor institución de la ONU en el mundo actual a la hora de abordar numerosos problemas globales. Señaló con pesar que la pandemia no ha terminado. Así, una nueva situación amenazó el desarrollo futuro de la humanidad. Debido a la pandemia y a otros motivos, la comunidad internacional sigue sin resolver sus problemas. La ONU está tratando de hacer su parte para abordar estas cuestiones. A pesar de ello, existen algunas deficiencias en el trabajo de la ONU. Sin embargo, la humanidad no debe pensar ahora en reconstruir el sistema internacional, sino en aplicar innovaciones al sistema existente.
En su discurso, Binali Yıldırım -primer ministro de Turquía en 2016-2018 y presidente de la Gran Asamblea Nacional en 2018-2019- resaltó que la composición actual del Consejo de Seguridad de la ONU debería cambiarse. La situación actual no podrá ser discutida por la opinión pública internacional durante muchos años. Porque si tratamos de resolver los retos a los que nos enfrentamos sin cambiar ninguna condición, no habrá soluciones definitivas a estos temas.
Binali Yıldırım apuntó que con el colapso de la Unión Soviética hubo problemas en algunas regiones. La incapacidad de la ONU para evitar a tiempo los problemas políticos y los enfrentamientos militares en Afganistán, Siria y muchos otros países ha dado lugar a nuevas disputas o a su profundización y escalada hasta convertirse en grandes conflictos en los períodos posteriores. Por otra parte, el incumplimiento de las resoluciones adoptadas por la ONU y la situación actual han contribuido a la pérdida de confianza en la organización. La situación después de la Segunda Guerra Mundial no se corresponde con la actual. Así, a lo largo de los años han surgido nuevos actores políticos en el mundo. En la situación actual, estos Estados pueden contribuir a la paz, la seguridad y el desarrollo mundiales. Para ello, debe resolverse la cuestión de la participación de estos Estados en los asuntos internacionales.
En su discurso, el ministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán, Jeyhun Bayramov, señaló que desde principios de la década de 1990, es decir, desde los primeros años de la independencia, los territorios azerbaiyanos habían sido ocupados por el país vecino, Armenia. Como resultado de la política de anexión por parte de Armenia, el 20% del territorio azerbaiyano ha estado bajo ocupación durante unos 30 años. La ONU ha adoptado cuatro resoluciones para la liberación incondicional de los territorios ocupados por Armenia. Desde entonces, Azerbaiyán se ha mostrado favorable a todas las negociaciones para poner fin a la ocupación y, a lo largo de los años, ha mostrado su apoyo a las iniciativas para devolver su territorio a través de negociaciones político-diplomáticas y no por medios militares. Sin embargo, las negociaciones político-diplomáticas a las que Azerbaiyán se ha comprometido durante casi 30 años, especialmente las actividades del Grupo de Minsk de la OSCE, creado en 1992 para resolver el conflicto, han resultado ineficaces.
Jeyhun Bayramov también destacó que, aunque algunas resoluciones de la ONU se aplicaron en pocos días, las resoluciones de la organización sobre la liberación incondicional de los territorios ocupados por Armenia siguieron sin aplicarse. El incumplimiento de las resoluciones de la ONU por parte de Armenia en los últimos años o la falta de presión sobre el Estado ocupante han socavado la fe y la confianza de la opinión pública azerbaiyana en la organización internacional.
El ministro afirmó que la comunidad internacional está interesada en la eficacia de la ONU. En consecuencia, la ONU tiene que promover la aplicación de cada resolución y asegurarse de que estas resoluciones se apliquen. Especialmente en el actual periodo de pandemia, la ONU debería garantizar una distribución equitativa de las vacunas entre los países y demostrar una postura decisiva en este sentido por el bien de la justicia y el futuro de la humanidad.
Vaira Vike-Freiberga, presidenta de Letonia en 1999-2007 y copresidenta del Centro Internacional Nizami Ganjavi, enfatizó en su discurso que la ONU es una institución que une a los países del mundo, regula el mundo en su conjunto y establece normas comunes y similares. Por ello, hay que prestar más atención a la aplicación de las decisiones y convenios adoptados por esta organización. Señaló que, en la actualidad, sólo cinco Estados miembros de la ONU, de unos 200, están representados en el Consejo de Seguridad.
Al hablar del impacto de la Unión Europea en la evolución de la región, Vaira Vike-Freiberga indicó que el mapa político de Europa ha cambiado considerablemente desde la Segunda Guerra Mundial. La Unión Europea se ha ampliado considerablemente tras la admisión de nuevos miembros. Sin embargo, actualmente existen desigualdades entre los Estados representados en una organización dentro de la Unión Europea. Se necesitan reformas de gobernanza tanto en la ONU como en la Unión Europea para remediar la situación actual. Para ello, Europa debe beneficiarse de sus tradiciones históricas positivas y del principio de justicia.
La ganadora del Premio Nobel de la Paz 2015, Ouided Bouchamaoui, dijo en su discurso que el mundo actual es muy diferente al anterior. Los países desarrollados no deben mirar a los países en desarrollo sólo como fuente de materias primas. Las personas que viven en estos países están pensando ahora en su educación y en su futuro, buscando nuevos socios. Tras la Segunda Guerra Mundial y el colapso de la Unión Soviética, muchos países construyeron y desarrollaron sus economías nacionales. El desarrollo económico de países como Japón, Brasil y Turquía les permite contribuir a la toma de decisiones políticas internacionales y al orden mundial en el seno de la ONU.
Al referirse a la importancia de la educación de las mujeres, Ouided Bouchamaoui subrayó que hay que esforzarse por desarrollar el tema y reconocer el papel de las mujeres en todos los ámbitos. Por lo tanto, los cambios en las estructuras de gobierno deberían ofrecer más oportunidades para las actividades de las mujeres.