Bakú, 30 de julio, AZERTAC

La flamante medalla de bronce en el Festival Olímpico de la Juventud Europea en Bakú se encontró a su llegada a la estación de trenes onubense con la sorpresa preparada por familiares y amigos, que la recibieron afectuosamente en una común alegría y emoción.

Héctor Santos, subcampeón europeo sub 23 de longitud, se reencontró con los suyos en el estadio Iberoamericano.

Brillaba más su rostro que la medalla al cuello. Dejaron de pesarle las maletas que arrastraba al bajarse del tren y dejó de oír la música que le susurraban sus auriculares y que le habían vestido los pensamientos durante el viaje. Fue en el instante en el que percibió sorprendida que en su vuelta a casa estaban sus padres, su hermano, familiares, amigos, compañeros de entrenamiento… todos esperando en el andén para cerrar juntos su inolvidable aventura.

Compartir los momentos especiales de la vida hacen que éstos adquieran un valor incalculable y así, entre sonrisas que son imposibles de borrar por la alegría y el orgullo y lágrimas irrefrenables de emoción, María Forero, onubense de 16 años bronce en los 3.000 metros del Festival Olímpico de la Juventud Europea, se fue fundiendo en cada abrazo con los suyos con la misma fuerza con la que se entregó en cada metro de su maravillosa carrera, porque en ambos casos le nació de lo más profundo del corazón.

Lo mismo que con su tremendo final de fotofinish en Bakú cortó el aliento a todos los que celebraron su metal poco después, con más calma les hizo también vibrar especialmente en el recibimiento en la estación de trenes de Huelva. Se encadenaron besos de auténtico cariño, abrazos de esos en los que cierras los ojos para llegar hasta el alma, selfies divertidos y enhorabuenas en distintos cuerpos y voces en torno a María, que se derretía al recibir tanto sentimiento de quienes tan de cerca conocen sus pasos hasta este éxito.

En torno a ella también formaron un corro para ver juntos en el móvil de Alberto de nuevo la parte final de la carrera, en la que cada uno relataba sus saltos y gritos en el sofá, su paso de la desesperanza al subidón de euforia más absoluto. Alba López,presidenta del Club Onubense de Atletismo, corrió como nunca para llegar a tiempo y entregarle una bandera de este equipo deportivo donde todos se sienten familia. La firmó con la rúbrica por la que pronto harán cola y también recibió una fotografía enmarcada de su felicidad en el podio mordiendo su bronce.

Tras una nueva ristra de fotos en grupo, llegó el momento de volver a pisar la rutina en la ciudad. Pero nada de ir a casa. Escoltada por sus chicos, Alejandro y Jesús Caiceo, Zakaria Boufaljat y Hamza Ait Mansour, la campeona onubense puso rumbo con las maletas al estadio iberoamericano para que sintiera también como propia la medalla su entrenador,Manuel Pulido, con quien planificará nuevos grandes sueños por cumplir.

Allí en el estadio Iberoamericano Emilio Martín la medalla de bronce europea se encontró con la medalla de plata, Héctor Santos, que la logró en el salto de longitud de Campeonato de Europa sub 23. El onubense, que ya tiene mínima para el Mundial Absoluto, regresó a casa para también compartir de viva voz con la familia de su club todo lo vivido en la cita continental. Como María, firmó en la bandera del club y recibió una camiseta.

Santos, que estuvo con sus padres y su hermana, se emocionó ante las atenciones de la gente de su club que está muy orgullosa de él y lo siguen de cerca. Firmó autógrafos, hizo acopio de risas y enhorabuenas y se hizo un montón de fotos. En ellas se percibía el orgullo por ser testigos de cómo ha llegado tan lejos a fuerza de talento y trabajo este figura, para que el que aún queda mucho por soñar a fuerza de vuelos impulsados hasta Doha en este 2019. huelva24.com