POLÍTICA
“The Daily Wire” sobre los legisladores pro-armenios que apoyan el juicio político del presidente Trump
Washington, D.C., 17 de diciembre, AZERTAC
“The Daily Wire” publicó un artículo de Paul Miller, presidente y CEO de Haym Salomon Center, sobre miembros pro-armenios del Congreso que tratan de implementar el juicio político del presidente Donald Trump.
Según AZERTAC, el artículo habla de un doble rasero y de un enfoque peculiar de los legisladores, que durante mucho tiempo han sido partidarios del lobby armenio.
Un grupo de legisladores encabezado por el representante Adam Schiff, que está investigando el caso de juicio político de Trump en el Congreso, sigue apareciendo en los medios de comunicación de Estados Unidos en relación con la investigación de la supuesta corrupción de la administración Trump y la participación de líderes extranjeros en el proceso electoral de Estados Unidos. Sin embargo, el autor señala que Adam Schiff y sus colegas deberían primero "ordenar sus casas".
El llamado Fondo Hayastán All-Armenian Fund ("Fondo de Armenia") recaudó recientemente sólo 10 millones de dólares durante su teletón anual un año después de la detención de su director Ara Vardanian, acusado de malversación y uso indebido de los fondos que se le habían confiado. El mismo teletón en 2018 recaudó $11.1 millones, $12.5 millones en 2017, $15.4 millones en 2016 y $35 millones en 2008. Como se puede ver, la recaudación de fondos sigue disminuyendo.
Los demócratas Adam Schiff, Tulsi Gabbard, Jackie Speier, Frank Pallone Jr. and Brad Sherman entre otros, han sido partidarios del "shrinking fund" e invitados del teletón durante muchos años. Todos ellos son firmes partidarios de la impugnación de Trump, enfatiza Miller.
El "Fondo de Armenia", al que apoyan tan activamente, está relacionado con la intervención extranjera en los asuntos internos de los Estados Unidos, escribe el autor.
Los problemas del "Fondo de Armenia" comenzaron desde el momento de su creación. Creada por decreto del Presidente de Armenia en 1992 y lanzada en Los Àngeles en 1994, la Fundación se posiciona como una "organización humanitaria que satisface las necesidades de la República de Armenia y de la República de Artsaj" y lleva a cabo la misión de "unir al pueblo armenio con la diáspora armenia en todo el mundo con el fin de crear una patria mejor para el pueblo armenio". Miller señala que el término "Artsaj" es utilizado por los armenios para referirse a Nagorno-Karabaj, un territorio azerbaiyano capturado por las tropas armenias. A este respecto, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó cuatro resoluciones condenando a Armenia.
Para sus partidarios en el Congreso, el Fondo de Armenia crea un dilema: ¿cómo pueden los demócratas acusar a los socios del presidente Trump durante el proceso de impugnación por sus presuntas actividades como agentes extranjeros no registrados, ignorando al mismo tiempo el hecho de que una fundación establecida por un gobierno extranjero, presidida por el propio ex Presidente de Armenia, también permanece sin registrar en virtud de la Ley de registro de agentes extranjeros?
En conclusión, el autor escribe que hasta que estos legisladores comiencen a mantenerse alejados del aparato armenio-americano de recaudación de fondos y cabildeo, difícilmente podrán ganar la confianza del público en las discusiones sobre la influencia extranjera y el juicio político del presidente.