MUNDO
La flexibilidad horaria favorece la conciliación de la vida laboral y familiar y la productividad: Informe de la OIT
Bakú, 7 de enero, AZERTAC
Las jornadas laborales más cortas y los horarios de trabajo más flexibles, como los utilizados durante la pandemia del COVID-19, pueden beneficiar a las economías, las empresas y los trabajadores, así como allanar el camino para un mejor y más saludable equilibrio entre la vida laboral y personal, afirmó el viernes la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El informe de la OIT Working Time and Work-Life Balance Around the World (Tiempo de trabajo y conciliación de la vida laboral y familiar en el mundo), en el que se analizan diferentes modalidades de ordenación del tiempo de trabajo y sus efectos sobre el equilibrio entre la vida laboral y familiar, incluidos el trabajo por turnos, el trabajo de guardia, los horarios comprimidos y los sistemas de promediación de horas, concluyó que estos horarios flexibles proporcionan "una mejor vida familiar".
"Existen numerosas pruebas de que las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar aportan beneficios significativos a las empresas, lo que respalda el argumento de que dichas políticas son un 'win-win' tanto para los empleadores como para los empleados", señala el informe, reporta la Agencia Anadolu.
Subraya que las medidas de conciliación demuestran que dar más flexibilidad a los trabajadores sobre cómo, dónde y cuándo trabajar puede ser positivo tanto para ellos como para las empresas, al mejorar la productividad. Por el contrario, limitar la flexibilidad conlleva costes sustanciales, entre ellos una mayor rotación de personal, añadía.
"El llamado fenómeno de la 'Gran Dimisión' ha situado el equilibrio entre la vida laboral y personal en el primer plano de las cuestiones sociales y del mercado de trabajo en el mundo pospandémico", destaca Jon Messenger, autor principal del informe, citando una tendencia económica en curso en la que los empleados han renunciado voluntariamente a sus puestos de trabajo desde el comienzo de la pandemia.
Messenger añadió: "Este informe demuestra que si aplicamos algunas de las lecciones de la crisis de COVID-19 y examinamos con mucho cuidado la forma en que se estructuran las horas de trabajo, así como su duración total, podemos crear una situación beneficiosa para todos, mejorando tanto el rendimiento empresarial como el equilibrio entre la vida laboral y personal."
Sin embargo, el informe advierte de que los beneficios de algunos acuerdos flexibles, como pasar más tiempo con la familia, también pueden ir acompañados de mayores desequilibrios de género y riesgos para la salud.
Según el informe, en comparación con una jornada laboral estándar de ocho horas diarias/40 horas semanales, una parte considerable de la población activa mundial trabaja más o menos horas. Más de un tercio de todos los trabajadores trabajan sistemáticamente más de 48 horas semanales, mientras que una quinta parte de la población activa mundial trabaja jornadas cortas (a tiempo parcial) de menos de 35 horas semanales.
El informe aconseja a los países que sigan ayudando a las iniciativas de la época de la pandemia, como los planes inclusivos de trabajo a corto plazo, que no sólo preservan el empleo sino que también aumentan el poder adquisitivo y atenúan los efectos de las crisis económicas.
También se pedía un cambio en las políticas públicas para acortar la jornada laboral y apoyar un equilibrio saludable entre trabajo y vida privada en muchas naciones.