Bakú, 30 de agosto, AZERTAC

Las organizaciones de la sociedad civil han hecho un llamamiento a la comunidad internacional para intensificar los esfuerzos para identificar a los azerbaiyanos desaparecidos como consecuencia de la agresión militar armenia.

AZERTAC presenta el llamamiento: "Nosotros, las organizaciones de la sociedad civil abajo firmantes hacemos un llamamiento a la comunidad internacional con esta declaración como una llamada de atención sobre los miles de azerbaiyanos que desaparecieron como consecuencia de la agresión militar de Armenia contra Azerbaiyán.

La situación pone de manifiesto el trágico coste humano y la urgente necesidad de que la comunidad internacional se esfuerce por abordar la cuestión de los desaparecidos y prestar asistencia a sus familias.

Debido a la agresión militar de Armenia contra Azerbaiyán durante unos 30 años, un total de 3.890 azerbaiyanos fueron registrados oficialmente como desaparecidos durante la primera guerra de Karabaj. Entre ellos, 3.171 eran militares y 719 civiles. Lamentablemente, entre los civiles, 71 eran niños, 267 mujeres y 326 ancianos. Del total de desaparecidos, 872 personas, entre ellas 29 niños, 98 mujeres y 112 ancianos, fueron tomados como rehenes o no pudieron abandonar la zona por ser ancianos o estar enfermos. Resulta desgarrador que, en algunos casos, familias y generaciones enteras desaparecieran junto a sus parientes.

Además, durante la Segunda Guerra de Karabaj, seis azerbaiyanos desaparecieron y, a día de hoy, no existe información alguna sobre su paradero o su suerte.

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) aborda la cuestión de las personas desaparecidas durante los conflictos armados, y los Convenios de Ginebra de 1949 establecen requisitos y protecciones específicos para estas situaciones. Según los requisitos del Derecho Internacional Humanitario, las partes en conflicto están obligadas a buscar a las personas desaparecidas y a dar cuenta de ellas. Esto incluye tanto a los combatientes que han perdido el contacto durante el conflicto como a los civiles que pueden haber quedado separados de sus familias. Las partes deben recopilar y proporcionar información sobre los desaparecidos y facilitar la comunicación entre los detenidos y sus familias. También deben facilitar la identificación de las personas fallecidas y proporcionar información a sus familias. Las familias de las personas desaparecidas tienen derecho a conocer la suerte y el paradero de sus seres queridos. Sin embargo, Armenia evita y se niega persistentemente a garantizar el suministro de información sobre las personas desaparecidas a sus familias para que puedan identificarlas y ponerse en contacto con ellas. Armenia niega la identificación de la suerte de las personas desaparecidas desde hace 30 años hasta la fecha.

Según los Convenios de Ginebra de 1949, la Potencia detenedora velará por que se registre la información sobre los prisioneros de guerra muertos y se transmita a la Potencia de la que dependan dichos prisioneros. La Potencia detenedora informará también a la Potencia de que dependa sobre los prisioneros de guerra que sean trasladados, liberados o que se fuguen.

En esencia, los Convenios de Ginebra hacen hincapié en los derechos humanos y la dignidad de las personas afectadas por conflictos armados, incluidas las que han desaparecido, y tienen por objeto aliviar el sufrimiento experimentado por sus familias. Al ocultar la información sobre los azerbaiyanos desaparecidos, Armenia viola flagrantemente el derecho internacional humanitario y los Convenios de Ginebra antes mencionados, así como los derechos humanos, los derechos de las personas desaparecidas y de sus familias en relación con el paradero de sus seres queridos.

Durante más de tres décadas, Armenia ha negado a las familias de las personas desaparecidas en Azerbaiyán este derecho fundamental.

La investigación de la Unión Pública de Familias de Personas Desaparecidas de Karabaj (https://azertag.az/en/xeber/Karabakh_Missing_Families_Public_Union_sends_appeal_to_UN-2718076) revela que, durante la Primera Guerra de Karabaj, 61 familias sufrieron la desaparición de entre 2 y 7 miembros cada una, sin que se conozca el destino de ninguno de ellos.Esta grave circunstancia no sólo afecta profundamente a las familias de los desaparecidos azerbaiyanos, sino que también es una vergüenza para la humanidad.

En los últimos años, las instituciones estatales competentes de la República de Azerbaiyán han realizado importantes esfuerzos para esclarecer la suerte de los desaparecidos. Estas iniciativas abarcan la recogida de muestras biológicas de las familias, la extracción de perfiles de ADN y la realización de excavaciones en los territorios liberados, infundiendo a las familias un sentimiento de esperanza. Sin embargo, la revelación de 9 fosas comunes en un breve espacio de tiempo nos llena el corazón de tristeza.

Entre estas fosas comunes, una fue desenterrada en la aldea de Bashlibel, en el distrito de Kalbajar, tres en la aldea de Edilli, en el distrito de Khojavand, una en la aldea de Farrukh, en el distrito de Joyalí, dos en la aldea de Dashalti, en el distrito de Shusha, una en la ciudad de Shusha y otra en la aldea de Sarijali, en el distrito de Aghdam. Se han identificado varias fosas comunes más y se han iniciado investigaciones en estas direcciones.

El acto de matar y enterrar sistemáticamente a personas en condiciones inhumanas, borrando al mismo tiempo sus huellas, significa un desprecio por todos los valores de la humanidad y constituye un testimonio de brutalidad sin medida. El problema de las personas desaparecidas es un problema mundial. Es una preocupación que resuena a escala universal, afectando a diversas regiones y países de todo el mundo. El fenómeno de las personas desaparecidas a causa de conflictos armados u otras circunstancias pone de relieve la responsabilidad compartida de las naciones y las organizaciones internacionales a la hora de abordar este acuciante problema. Los esfuerzos para abordar el problema de las personas desaparecidas abarcan la colaboración, los marcos jurídicos y las iniciativas humanitarias que tienen como objetivo localizar e identificar a las personas desaparecidas, proporcionar apoyo a sus familias y defender los principios de los derechos humanos y la dignidad.

Instamos a Armenia a que facilite las coordenadas geográficas de las fosas comunes donde fueron enterrados los 4.000 azerbaiyanos que sufrieron torturas, tratos inhumanos y muerte en los campos de tortura armenios durante la Primera Guerra de Karabaj.

Instamos al CICR a que redoble sus esfuerzos para esclarecer la situación y el paradero de los azerbaiyanos desaparecidos y a que entable un diálogo con Armenia a tal fin.

Hacemos un llamamiento a la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP) para que preste más atención a la identificación de los azerbaiyanos desaparecidos durante la Primera y la Segunda Guerras de Karabaj y obtenga información sobre su suerte.

Hacemos un llamamiento a las organizaciones internacionales para que insten a Armenia a revelar urgentemente la información sobre las personas desaparecidas y presenten la ubicación de las fosas comunes. Apelamos especialmente a la ONU, para que establezca un Relator Especial de la ONU sobre personas desaparecidas que contribuya a abordar esta cuestión global y los retos sobre las personas en paradero desconocido."