La región turca de Iğdır, fronteriza con Armenia, muestra su preocupación por la actividad de la central nuclear de Metsamor


Ankara, 10 de marzo, AZERTAC
La provincia turca de Iğdır, que comparte frontera con Armenia, ha expresado su creciente preocupación por el funcionamiento de la central nuclear de Metsamor, cuya construcción se inició a finales de la década de 1960.
Serdar Unsal, subdirector de la Federación de Asociaciones de Amistad Turco-Azerbaiyanas (TADEEF) y responsable de la Sociedad "Casa de Azerbaiyán" en Iğdır, comentó a AZERTAC y describió la antigua central nuclear, ubicada a tan solo 16 kilómetros de la frontera turca, como una "bomba de relojería" lista para explotar en la zona sísmica activa en cualquier momento.
"Estas 'chimeneas de la muerte' deben cerrarse lo antes posible", subrayó Unsal, al recordar el reciente terremoto de magnitud 4,6 con epicentro en el norte de Armenia, que también se sintió en las ciudades turcas de Kars e Iğdır.
Unsal destacó que Iğdır, al igual que Armenia, está situada en una zona de segundo grado de riesgo sísmico, por lo que cualquier fuerte temblor podría afectar directamente al funcionamiento de la central nuclear. "En este sentido, es crucial cerrar inmediatamente la central nuclear de Metsamor, ya que constituye una amenaza no solo para Türkiye, sino también para otros países de la región", afirmó, recordando las devastadoras consecuencias del terremoto de 1988 en Armenia.
A su juicio, la situación debe mantenerse en el centro de atención constante de las organizaciones humanitarias, las estructuras medioambientales y la Unión Europea. "Me da miedo incluso imaginar las consecuencias de un accidente en la central nuclear de Armenia, o de un accidente aéreo con combustible nuclear", añadió.
El jefe de la Sociedad Casa de Azerbaiyán en Iğdır condenó los planes del gobierno armenio de prolongar la vida útil de la central nuclear de Metsamor, señalando que, en la actualidad, nadie puede garantizar que en el Cáucaso Sur no se repita una tragedia similar a la de Chernóbil.
"Las antiguas tecnologías de las centrales nucleares de la era soviética son una amenaza para toda la región. Además, no hay recursos hídricos suficientes para refrigerar el reactor nuclear", subrayó Unsal, recordando que la vida útil de la central estaba diseñada para durar hasta 2005.
Según él, cualquier accidente en la central nuclear podría provocar un aumento de los casos de cáncer y una disminución de la natalidad en zonas más allá del Cáucaso Sur, entre otras consecuencias.
Unsal hizo un llamado a ejercer presión sobre Ereván para que cierre la central nuclear lo antes posible, especialmente dado el aumento de la actividad sísmica, incluso en Anatolia Oriental.